Capítulo 5/ Deseo incesante

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Las feromonas de Izuku se sentían más pesadas de lo normal, a pesar de ser un dominante, no podía con ellas. Poco a poco su conciencia se perdía y su lobo tomaba su lugar.

Había estado con Izuku en varios celos y este era el primero donde no podía respirar, donde perdía según él la conciencia. Aparte de aquel nombre, ¿quién era ese tal Kacchan? 

— Zu cariño, por favor, detén tus feromonas, no puedo con ellas, mi lobo. — Se arrastró en el suelo y por dentro su animal rasguñaba sus paredes para poder salir.

Las feromonas del alfa salían sin cesar, Izuku al olerla, se molestó tanto que gruñó de pura furia. — Deja de sacar tus asquerosas feromonas... Me dan asco, solo quiero vomitar...

Tomo de la camisa a Dabi y lo llevó hasta la cama, no era la primera vez que lo hacía, siempre lo hacía caer para liberar a su alfa y de ahí hacer lo que quería con él

Se quitó la playera para oler las feromonas del el alfa de Katsuki, se le hacía agua la boca y solo quería más de ellas. —Mng delicioso. — sacó su miembro para empezar a masturbarse, quería sentir tanto placer.

Sabía perfectamente que solo con ese alfa quería en verdad hacerlo, no solo como lo hacía con los demás, deseaba ser tomado, sucumbir en su deseo.

El color de los ojos de Izuku cambió, ahora eran de un hermoso rojo. Se sentía tan extraño, pues su lobo salía de su cuerpo para tomar el control.

Un golpe de realidad le caía sobre sus hombros, no era como antes. Se fue al baño para mojarse la cara y vio el cambio en la tonalidad de su color. Al principio se espantó, trató de respirar correctamente, pero algo en el pecho le comenzaba a molestar.

— Lo quiero a él... — la voz de su sigma salía de su garganta.

— ¿A quién? — dijo con duda.

— Kacchan...

— Mierda, ¿por qué él? Solo toma al alfa que está en la cama como siempre y ya... 

— No quiero, solo te diviertes tú, ¿qué hay de mí? — La voz se volvió más fuerte.

— Es más divertido que me hagan sentir bien, sin que me penetren, es algo asqueroso para mí tener su aroma de su semen en mi interior... — Izuku se molestó, tomó sus cosas, se acercó a un lado del alfa y susurró en su oído. — Duerme y, mañana que despiertes, solo te sentirás que hiciste lo correcto para satisfacerme.

Se fue del lugar, estaba tan decepcionado de sí mismo, jamás había pasado por ello. Desear tanto a un estúpido alfa, no era digno de él.

Los alfas solo estaban para complacerlo y que estuvieran a sus pies, no al revés; caer por uno de ellos eso no lo haría nunca.

Se fue directo a casa, daba gracias a que Yagi no estaba ahí y solo su hermano se encontraba. Oler su aroma a miel con avellana le encantaba, le producía tanta calma.

— ¿Zu? — Denki, miraba cómo su hermano se acostaba debajo de sus sábanas, el aroma triste que emanaba le preocupaba. — ¿Estás bien? — El rubio se metió debajo de su cobija y vio el rostro de angustia.

Solo lo abrazó y sacó más sus feromonas para lograr tranquilizarlo. — Ese estúpido alfa otra vez, Denki, no sé qué hacer, estoy cansado. 

— Zu me preocupas, estás así desde que entró, eres diferente, no quieres verlo, su aroma te inquieta, creo que es mejor llamar a Aizawa o a Yagi, esto no puede estar pasando. ¿Dónde quedó mi hermano? — En verdad quería darle ánimos.

— No Den, aún no, sé que se preocuparán por mí y no quiero eso, no soy una persona débil.

Denki le quitó la sábana y se levantó de la cama. — Entonces que esperamos, vámonos a divertirnos. — el omega estaba nervioso por decirle eso, no compartían el mismo nivel de diversión, aunque ver a Izuku jugar con los alfas era entretenido.

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