Capítulo nueve

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El profesor se detiene, voltea a mirarnos minuciosamente y concluye:

—¿Dónde está el joven Malik?

Ese es Ikram.

Algunos levantan los hombros, en respuesta de que no saben y otros se miran entre sí y murmuran.

La verdad si es raro que no esté aquí.

El profesor nos dice que esperaremos cinco minutos y si no llega en ese tiempo, pues iniciará la clase.

Para darle dramatismo al asunto, cuando el cronómetro de mi celular marca 4:50, Ikram Malik atraviesa la puerta como un tornado.

—Perdón por la tardanza, estaba haciendo mis horas comunitarias y me tomó más tiempo del que pensé. Le juro que no volverá a pasar —dice entre jadeos.

Lo mira de arriba abajo, con una expresión divertida adornando sus facciones.

—Cálmese y vaya a su lugar, señor Malik.

Luego de eso, la clase transcurre con normalidad. El maestro nos explica cómo darle realismo a las nubes y también cómo hacer sombras a las figuras.

Debí inscribirme a clases de teatro y no de dibujo.

Alrededor de cincuenta minutos más tarde, luego de haber pasado por nuestros lugares y mirar cada lienzo, el profesor da por finalizada su clase.

Sin ganas de perder un minuto más, recojo todas mis cosas y me largo de allí.

He atravesado casi la mitad del pasillo, cuando de la nada, alguien me hala y me empuja hacia el aula más cercana.

—¿Por qué me estás evitando?

—No te estoy evitando —contesto sin mirarlo.

—¿No? Ni siquiera me has saludado en clase y siempre lo haces.

—Tampoco te victimices. No fui yo quien ha ignorado al otro sin siquiera preguntar por esa persona o ponerle un mensaje.

—¿Por eso me ignoras? No te he escrito porque estuve muy ocupado de aquí para allá. Tú misma lo viste hace un rato.

—¿Se te caía una mano si me explicabas?

—¿Tenía que hacerlo?

Auch.

Queriendo que la tierra me trague, trato de huir, pero Ikram me lo impide.

—No te vayas. Hablemos, por favor.

—No hablo con personas que no cumplen lo que dicen.

Luce confundido antes de volver a hablar.

—¿Qué dije que no cumplí?

—No voy a ser yo quien te lo recuerde.

Permanece unos segundos que se me hacen eternos con la mirada en algún punto del espacio en el que estamos. Yo trato de relajar mis nervios mirando los detalles del lugar.

—Será mejor que...

Me interrumpe. No con palabras, sino con acciones. Me ha interrumpido juntando sus labios con los míos. No es nada largo ni experimentado y lo agradezco, pues yo no sabría corresponderlo. Es una unión de pocos segundos, pero que para mí significa mucho.

Ha sido mi primer beso. Con el chico que me gusta.

Esooo.

(...)

Sarah con h de hermosa: cuéntanos.

Sarah con h de hermosa: queremos saber.

Tommy: queremos suena a cumpleaños y a mí no me invitaron.

Sarah con h de hermosa: claro, finge que no quieres saber por qué Neri estaba tan feliz la última vez que la vimos.

Tommy: no finjo, ella nos lo dirá cuando lo crea necesario.

Sarah con h de hermosa: aburridooo.

Sarah con h de hermosa: Nerea Taylor, respóndenos. Sé que estás en línea.

Nerea: IKRAM ME BESÓ.

Sarah con h de hermosa: ¿QUÉ?

Tommy: Vaya.

Sarah con h de hermosa: ¡¿Ikram Malik te besó?! Quiero saber todo, ¿cómo fue?

Les cuento todo con lujo de detalle, pero dejando pausas para crear más suspenso, a lo que Sarah se desespera, pero sigue esperando atenta el desenlace de la anécdota.

Cuando mamá me llama a cenar, les aviso que voy a desaparecer unos minutos, cosa que dudo hayan visto, pues han caído en una discusión que ni sé por qué empezó. Al llegar a la cocina descubro que mamá ha hecho macarrones con queso.

Tomo un plato para servirme. Mientras lo hago, de manera distraída me encuentro cantando.

—Vaya, alguien parece estar feliz —comenta Camila.

—La vida es muy bella como para estar amargados, ¿no, Camila?

Mamá solo me mira y se ríe, preguntándose qué mosca me habrá picado.

Las dos cenamos en silencio, al principio estaba usando mi celular, pero Camila me obligó a soltarlo. Más tarde, luego de haber fregado los platos y guardarlos, me encuentro encerrada en mi habitación adelantando unas tareas.

Bueno, eso hacía antes de distraerme viendo memes. He tratado de dejarlo, pero es más fuerte que yo.

Pobre cosita.

Cuando al fin logro enfocarme nuevamente, mi celular suena avisando mensajes nuevos.

Ikram: Hola hola.

Desconocido: Saludando.

Opto por primero responderle a Ikram.

Nerea: Hola, ¿cómo estás?

Mientras espero, respondo el mensaje del número desconocido.

Nerea: ¿Quién eres?

Desconocido: Que rápido olvidas a las personas que les das tu número.

Ikram: Todo bien, ¿y tú?

Nerea: Que bueno. Yo estoy bien igualmente, adelantando tareas.

Cambio de chat.

Nerea: No sabes la cantidad de cosas que tengo en la cabeza en estos días. Solo dime, ¿quién eres?

Ikram responde.

Ikram: Realmente te escribía para preguntarte algo.

Nerea: A ver

Ikram: ¿De qué color será tu vestido del baile?

Desconocido: Que anti chévere.

Desconocido: Soy Silas, genio. Me diste tu número ayer.

Nerea: Aún no lo sé, miraré opciones con Sarah, ¿por qué?

Ikram: Para que mi camisa sea de un color que combine.

Nerea: ¿Tanto te costaba decirme "Hola, Nerea, soy Silas"?

Silas H: No habría sido divertido.

Nerea: ¿Eso qué significa?

Ikram: Que quiero que vayas conmigo al baile. Que seas mi pareja en el baile, bueno, si quieres.

POR SUPUESTO QUE QUIERO.

No, no puedo responder eso.

Nerea: Claro, si quiero ir contigo.

Después de enviar un sticker, no contesta más.

Silas H: We, ¿sigues ahí?

Nerea: Para mi desgracia me quedan tareas por hacer.

Silas H: Me gustaría ir contigo al baile de primavera, ¿puedo?

Lo oculto tras mi sonrisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora