Capitulo 46. No lo quiero cerca tuya.

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Para un próximo capítulo:
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Esto lo hago porque necesito que Nankurunaisa crezca y tenga apoyo, tardo mucho en escribir los capítulos.

Pd: si ha llegado a los votos y no he publicado es porque no tengo el capítulo terminado pero siempre me esfuerzo para tenerlo al día!

NOTICIA: he subido el segundo capítulo de Kapsoura, no seré activa ahí (de momento no lo creo pero si me da por escribir a lo mejor os iré subiendo de vez en cuando) pero me gustaría que le dierais un vistazo y comentarais que os parece. KAPSOURA ES LA HISTORIA DE NAILA Y GAVI. 🫧

Grecia

Sentí las caricias de Pedri en mi mejilla despertarme me aferré más a su cuerpo sin querer abrir los ojos, habíamos pasado toda la noche abrazados casi en la misma postura.

Me daba cierto temor que él pensara que era una floja por lo de ayer a la noche así que no había querido soltarle.

—Buenos días mi vida...—dijo en un tono de voz suave y me removí— Tienes clases que atender.

Abrí los ojos buscando los suyos y sonreí al verlos.

—Buenos días.

—¿Como estas?

—Tengo sueño.

—Luego duermes siesta, ahora a desayunar —dijo viniendo a mi cuello para dejar un beso cálido sobre él y sentí como su nariz me hizo cosquillas haciendo que riera—

—Pedri gracias.

Salió de mi cuello sin entender y apartando un mechón de pelo que le estorbaba mi visión.

—¿Gracias por?

—Por ser ayer tan bueno.

—No me des las gracias por eso, es lo que debía de hacer.

Sonrío agradecida por las vistas de su cara de recién despertado y lo vuelvo a abrazar.

—Te quiero. ¿Me quieres?

—T'estimo Grecia.

Lo abrazo muy fuerte y estamos unos minutos así hasta que no puedo aguantar más y el cuerpo me pide que me levante de la cama y haga mis necesidades.

—Voy al baño.

—Ves arreglándote y vístete que se te va a helar el culo, yo igual y voy a hacer el desayuno.

—Vale.

—No tardes.

—No.

Ayer nos dormimos tal y como acabamos, desnudos. Me había encantado estar cuerpo a cuerpo con él sin hacer nada, es que solo quería estar a su lado y quedarme así con él para siempre.

Pedri se puso sus bóxers bajo mi mirada y unos pantalones de chándal, me guiño el ojo para después desaparecer y bajar.

Era su consentida cuando del desayuno se trataba.

Me puse un tanga y el sujetador para ir al baño más tranquila, pero después decidí vestirme toda ya con la ropa porque si no luego me costaría más, tenía mucho sueño y era fácil que hoy fuera más lenta de lo normal. Me dispuse a mear a la vez que intentaba acostumbrarme a la luz del día y un repentino dolor sacudió todo mi cuerpo, abrí mis ojos de golpe y me queje en voz alta.

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora