Después de desaparecer misteriosamente junto a su hermano mayor en la mansión "embrujada" de Agdeog, y olvidar por completo su pasado, Jungkook, quién ahora trabaja como reportero en la ciudad de Seúl, comienza a investigar "La leyenda de Agdeog." U...
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El movimiento de Taehyung se extendió hacia su mano, lo que hizo que las máquinas empezaran a hacer ruidos extraños. El temblor de su cuerpo captó la atención de la enfermera y esta se apresuró alarmada hacia él.
—Sr. Kim, ¿puede escucharme?
Taehyung abrió lentamente los ojos, y al principio, su visión era borrosa y confusa, pero poco a poco, el mundo a su alrededor comenzó a tomar forma. A medida que sus ojos se abrían, la habitación del hospital se hacía más clara y los sonidos del monitor cardíaco y el suave murmullo de la voz de la mujer, lo hicieron reaccionar. Se sentía débil y confundido al principio, y al mismo tiempo trataba de recordar cómo había llegado allí.
A medida que su mente se aclaraba, Taehyung empezó a recordar la situación que lo dejó en ese estado. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras las imágenes de la colisión resonaban en su mente. Con gran esfuerzo, intentó moverse y se dio cuenta de que sus músculos estaban débiles, pero respondían lentamente a sus deseos. La enfermera acudió rápidamente a su lado para ayudarlo y asegurarse de que se encontrara bien.
—Debe permanecer tranquilo. Llamaré al Dr. Kang para que se asegure de que todo esté bien...
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La oscuridad estaba presente en el ambiente mientras Dalia encendía las velas, una a una. Estas emitieron un suave resplandor que se mezclaba con el humo ascendente del tabaco. Con manos temblorosas, cerró los ojos y se sumergió en una profunda meditación, buscando conectar con la energía de Jungkook.
—Tengo que encontrarte...
El fuego danzaba frente a sus ojos, el cuál proyectaba sombras en las paredes, mientras concentraba toda su energía en obtener alguna señal de vida. Envuelta en el humo del tabaco, sus sentidos se agudizaron y logró percibir una presencia oscura y angustiada.
Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas al mismo tiempo que su corazón se apretaba con el sonido del sufrimiento de Jungkook, el cuál se penetraba en su mente. Sentía una mezcla de tristeza y esperanza, ya que la existencia de ese sufrimiento le indicaba que aún estaba vivo.
—Todavía estás vivo —sonrió y limpió sus lágrimas. —Estás con vida...
Dalia encontró en su interior fuerzas para seguir buscando a Jungkook a pesar de la oscuridad y el dolor que la rodeaban. Se prometió a si misma no detenerse hasta encontrarlo y liberarlo de su tormento.
