Capítulo XXVII: Almas Gemelas

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[L y n n]

Llegamos a un lugar en donde ya no habían tantos mundanos. Theodore y yo íbamos en el medio de los demás; seguía aterrada de lo que acabábamos de hacer.

Habíamos pasado entre una multitud de ellos, cientos de mundanos que nos miraban y nos hablaban y saludaban.

Totalmente agobiante.

Sinceramente ya ni sabía qué pensar acerca de ellos; parecían amigables... Pero al mismo tiempo su comportamiento daba un poco de miedo, quizás porque no estaba acostumbrada a ello, pero al parecer Alice se había hecho amiga de una, así que decidí que me agradaban, pero aún así mantuve la distancia.

Aarón nos acababa de avisar que dos chicas mundanas enviadas por la directora nos estaban esperando, para mi eso fue una completa locura.

─Ted...., ¿Estás seguro de que ésto funcione? Tengo miedo. ─susurré mientras me aferraba a sus brazos.

─Tranquila, tenemos que confiar en ellos, en la directora, todo estará bien. ─sonrió.

─La última vez que confiamos en la directora terminamos aquí, rodeados de mundanos.

─Oh vamos, no es tan malo; además, estamos juntos. Yo te cuido, Lynn. ─me abrazó, necesitaba ese abrazo, sonreí después de escuchar eso, cada vez la confianza que nos teníamos aumentaba más, así como lo que yo sentía por él.

Llegamos después de pocos minutos a un lugar desde el cual, a lo lejos, se divisaba lo que parecía un tren, pero no parecía cualquier tren.

─Debe ser mágico. ─susurró Astrid hacía su cuñada, ésta asintió.

Arthur ahora le había quitado el liderazgo a Aarón, y debo decir que nos guiaba mucho mejor. Astrid sonrió, y fuera lo que fuera que haya pensado Alice, yo sabía que esa sonrisa no era por él, por más que a nosotras dos nos gustara pensar que sí.

La que si parecía diferente era mi hermana Lehia, quién sonreía cada vez que él la miraba con cara de tonta, debo decir que en un cierto punto quise dejar de ser una damita para borrarle esa sonrisa, pero estaba demasiado cansada y agobiada de todo como para darme el lujo de hacer eso.

Mientras más nos acercábamos, más veía las siluetas de las mundanas que nos ayudarían. Aarón nos estaba esperando junto con ellas; Alice se cruzó de brazos, hasta que él vino a abrazarla, y sonrió de nuevo.

Cuando ya estábamos muy cerca, dejé de esconderme detrás de mi oso para verlas, eran como yo, vestían parecido a mí, y creo que desde ese momento supe que seríamos amigas.

Al verme corrieron hacía mí, y comenzaron a decir cosas raras.

─¡Oh! Amanda, mira esos zapatos. ─gritó una de ellas dirigiéndose hacía mis zapatillas, casi me desequilibrio ante su euforia.

─¡Pero que lindos! ¿Dónde los compraste? ─siguió la otra.

Parecían dos chicas normales mundanas, la de la derecha era rubia con los ojos verdes, y la otra pelirroja con los ojo negros. Llevaban ropa muy fina y me gustaba su estilo; Theodore me tomó por detrás.

─Hmmmm.... ─Quedé perpleja ante su pregunta.

─Oh, lo sentimos, ni siquiera nos hemos presentado. ¿Pero dónde quedaron mis modales? bueno, yo soy Amanda, y ella es mi amiga Jeanine. ─dijo extendiendo su mano hacía mí, la estreché.

─Pues... Yo soy Lynn, y.. Éste es Theodore, mi... Oso. ─hablé con voz tímida.

─Oh, mucho gusto. ─sonrió Jeanine, le devolví la sonrisa.

─Mi primera conversación con uno de ellos. ─murmuré, Theodore sonrió y me dio un beso en la mejilla.

─Pero que tierno. ─rió Amanda hacia su amiga.

─Pues nosotros somos, Arthur, Alice, Aarón, Astrid y Jane. ─interrumpió Arthur.

─Un placer conocerlos a todos.─sonrió Amanda, me estaba empezando a agradar más.

─Hey, Amanda ─la interrumpió Jeanine, se volvió hacia ella─. Se nos va a hacer tarde ─dijo mostrándole la hora en el reloj que cargaba en su muñeca, al verlo hizo una seña.

─Bueno, tenemos que subir. ─respondió Amanda señalando el tren.

─Esperen... ¿A dónde vamos? ─interrumpió As.

─A nuestro lugar natal, y a donde están parte de los suyos también. ─dijo Amanda colocando un pie en el tren para abrir la puerta; Jane fue la primera en entrar.

─¿Y eso es...? ─preguntó Arthur cruzando los brazos.

─Cambridge. ─sonrió Jeanine para adentrarse en el tren, mientras me extendía su mano; sonreí y me subí, Theodore venía detrás de mí.

Ya dentro todo parecía más bonito, era muy espacioso y había comida, todos tomaron asiento, pero antes de que yo pudiera hacerlo, alguien se puso a mi lado.

─Bien, ahora hay que hablar de tu ropa porque eres fabulosa. ─dijo sonriendo la pelirroja.

─¿Fabu qué? ─respondí.

─Oh, vamos por aquí, ya entenderás, seremos mejores amigas. ─siguió Jeanine poniéndose a mi otro lado, la verdad a pesar de todo me agradaban bastante.

Le lancé un beso a Ted quién ya se había puesto cómodo en un asiento para que no se preocupara y me guiñó el ojo, luego me fui con Amanda y Jeanine a la parte de atrás, en la cual había una pequeña mesa con una vajilla de porcelana perfectamente colocada, simplemente hermoso.

─Esto no puede ser mejor. ─susurré.

─Lo sabemos, toma asiento. ─respondió Jeanine.

─¿Sabes?, siempre vienen Bandallhs nuevos por aquí, pero nunca habíamos visto ninguna como tú. ─dijo Amanda sirviendo un poco de té en una mesa llena de galletas que tenían apartada en ese lugar.

«¡Oh, toman té!»

─¿Cómo es que conocen a la directora? ─dije tomando una galleta.

─Larga historia, hablaremos de eso después, cuando ya estemos cómodos todos allá. ─respondió Amanda

─¿Allá? ─pregunté confundida.

─Cambridge. ─sonrieron.

─¿Cambridge? ─seguí, comenzaron a reír.

─Ya lo verás, te va encantar, es hermoso. ─sonrió Jeanine, asentí.

─¿Un terrón o dos? ─dijo Amanda.

─Que sean tres. ─sonreí.

Jamás me había sentido de esa manera, tan...., yo.

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Hey there! Ya escribí... Yay :D Ok no

Espero les hayan gustado las chicas fancys amigas de mi pequeña, y el capítulo en general, que ahora es cuando comienzan las cosas...

Y bueno eso... No digo más

Los quiero mucho niños del mal :3

Y , sigo en busca de una despedida, así que por ahora adiós

Thx

·•·Locks


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