Al volver a casa eran las 3 de la madrugada, por supuesto que no le haría caso al estupido alfa. Es decir, Sasuke lo engaño, abuso de el y encima lo privo de su libertad, que mas podría sucederle?
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Varios días pasaron, semanas. Naruto y Sasuke no se dirigían ni una sola mirada. El repentino cambio del pelinegro se debía a que últimamente no le llegaba mucho dinero por parte de los Namikaze, es decir que algo había sucedido, algun inconveniente, motivo por el cual Sasuke debió buscar otro trabajo para poder cuidar del menor. Eso no era justo, pues se supone que a el le pagaban para que hiciera eso, el no era su niñero de gratis. Aun asi, Sasuke no podía evitar querer cuidarlo, protegerlo. No sabía el por qué... Era extraño. Pero penso que tal vez solo le atraía y quería cortejarlo para formar una relación entre el pequeño omega y el.
No sabía como lo lograría, ya que el rubio, al parecer, no lo quería ver ni en figurita.Es por eso que decidió que era hora de hablar con el. Tratando de no perder los estribos.
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Sasuke toco la puerta de su habitación.
―Ya esta la comida, ¿puedo pasar?―No tengo hambre, y no puedes pasar.
―Mira, dobe... Yo solo-
―No me digas "dobe", no me agrada ―interrumpió, recordando los desagradables momentos en que el pelinegro le llamaba "dobe".
―Mira, yo solo quiero hablar contigo y así arreglar las cosas. No me siento bien con lo que te hice, y me gustaría que me perdonaras... ―al no oír respuesta, siguio―. Y se que es difícil para ti, pero... Solo eso...
Sasuke espero un buen rato en la puerta, a lo que de la nada esta se abrió. Naruto estaba frente suyo, con un semblante serio pero por dentro temeroso.
―¿Es la culpa verdad? La que te carcome el cerebro... ―enfrentó con una sonrisa cansina.
―Yo... Sí... Es eso, tal vez ―afirmó. Sabía que era la culpa, pero no quería admitirlo.
―Pues que mal, porque yo no te perdono.
Naruto se volteo, pero antes de poder irse, Sasuke lo tomo de su brazo.
―Sabes bien que yo te mantengo, verdad?... Por favor, mi niño, perdoname... No me hagas esto...
―Sueltame...
―Te lo suplico...
―Solo dejame en paz...
―¡Solo dime que me perdonas!
―¡Me engañaste! No quiero saber nada de ti, ¡¿entiendes?! Me rompiste... ¿Creiste que si me castigasbas de esa manera ibas a lograr dominarme? ―exclamó sonriendo por la ironía.
―Pues... ¡No lo se! ¡Solo se que no fue completamente mi culpa!
―¡Pero!- ¿Que mierda estas diciendo? Estas loco...
―No estoy loco. Escucha... Cuando planee envenenarte no sabía lo que estaba haciendo, estaba cegado por los celos y la decepción de una traición.. ―exclamó intentando, desesperadamente, justificarse. Sin darse cuenta de que cada vez agregaba mas leña al fuego.
―¿Me culpas a mi?
―No, bueno, sí... Pero-
―¿Fue por Gaara? ¿Verdad? ¿Fue por el que me hiciste todo eso no? ―cuestionó riendo, pero con lagrimas que amenazaban escapar de sus ojos.
―... Naruto, yo... Lo siento tanto, fue mi culpa, fue totalmente mi culpa... Te juro que no se que me sucedio... Fue- fue un ataque de celos, lo se, pero juro que no volverá a pasar...
Sasuke intento acercarse al menor, pero este reacciono dando pasos hacia atras.
―Me ilucionaste... Me hiciste creer que todo estaba bien... Pero nunca fue asi ―lamentó.
Al ver como se escurrían las lágrimas sobre la palida mejilla del menor, Sasuke, no pudo evitar sentirse un monstruo, y para que mentir, lo era.
―Tienes toda la razón, dobe... Lo hice, te engañe y te ilusione como un maldito psicópata. Y lo siento de verdad... Por favor... ―sasuke se arrodilló ante el y le sostuvo de sus frágiles manos de porcelana― perdoname...
A pesar de estar sumamente decepcionado y enojado con el mayor, Naruto era tal vez bastante empático, por lo que no pudo evitar sentir como su corazón se calentaba al ver como el hermoso hombre frente suyo se arrodillaba frente a el suplicándole misericordia. Eso de alguna manera le hizo comprender que el pelinegro iba en serio. Al ver sus ojos, por primera vez, logró divisar un brillo, tal vez de esperanza o por el anhelo que le tenía. Tal vez era verdad. Tal vez, Sasuke, decía la verdad, sus ojos no mentían. Pero... ¿Y el trauma?... Bue, eso iría mas tarde. Por ahora simplemente sonrío al mayor y lo envolvió en sus brazos como si de un caramelo se tratase.
―Ahora el niño pareces tu... ―se burló el omega, mientras acariciaba el cabezo del alfa calmandolo.
―Me encanta tu aroma, es suave y me relaja...
―Vamos a dormir, ¿puede ser?
―Lo que quieras dobe... solo... Perdoname, yo nunca quise lastimarte, y si lo hice... Prometo no volver a hacerlo... al menos no conciente.
Los dos rieron y se fueron a acostar.
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★Byeeeeeeeee3