Capítulo 4: Recuerdos

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Algunos días habían pasado desde la deserción del pilar del agua. En la cofradía de cazadores de demonios se empezó a esparcir la noticia de que un pilar había muerto, muy pocos eran conscientes de lo que en realidad había ocurrido.

Una de esas personas era Kocho Shinobu, que estaba revisando el estado de dos cazadores en particular, Agatsuma Zenitsu y Hashibira Inosuke.

- ¡Gyahh! ¡Está medicina sabe horrible!

- ¡Ya cálmate y tómatela de una buena vez!

Al lado de Shinobu se encontraba Kanzaki Aoi, una cazadora que apenas logró sobrevivir a la selección final, pero por su estado de ánimo no continuó como cazadora. Shinobu, junto a su hermana Kanae, la apoyaron para que se quedase en la finca mariposa y ahora es una de las mejores asistentes que Shinobu puede tener.

- ¡Deberías de aprender de Inosuke, él no se ha quejado de nada! – Exclamó Aoi.

- Perdón... por ser débil.

Inosuke se veía demasiado desanimado, aparte de tener la garganta seriamente lastimada, por lo que hablaba con dificultad y en voz baja.

- ¡Eso no cuenta! – Se quejó Zenitsu – ¡Él y apenas puede hablar para quejarse!

- Ara ara, Zenitsu san, si no se toma su medicina no podrá recuperarse pronto.

Shinobu trataba de que Zenitsu se calmara y tomara su medicina, cualquiera diría que era una persona paciente y agradable con los enfermos, pero lo que nadie de esa sala sabia es que ella estaba enojada.

- ¡No quiero! ¡Es más, si tengo que tomarme esta cosa me gustaría...!

- Ara ara, no me digas que prefieres que...

- ¡Me gustaría que Nezuko san me la diera!

Shinobu se detuvo en lo que iba a decir cuando escuchó el nombre de la hermana menor de Tanjiro, aquella que era un demonio que no lastimaba a las personas y por la cual tanto su hermano como Tomioka la respaldaban.

Tomioka...

El recordar a su compañero, pero, sobre todo, el recordar sus palabras le hacían sentirse mal. Ella no tenía ni idea de ese lado suyo, siempre lo vio antipático y antisocial, sin embargo, durante esa trágica tarde, ella pudo ver el lado más humano de Tomioka.

- ¿Shinobu sama?

Aoi se preocupó al ver a su maestra cabizbaja, ella no sabía porque se puso así al escuchar ese nombre, para Aoi, Nezuko era solo un nombre, no sabía lo que había detrás.

De hecho, por órdenes del patrón, nadie a excepción de unos pocos sabia de la fallecida Nezuko.

- Lo siento Aoi, ¿Te los puedo encargar? Tengo cosas que hacer.

- ¿Eh? Si... claro.

- ¡Espera!

De repente, el grito de Zenitsu hizo que las dos mujeres lo voltearan a ver.

- ¿Por qué... por qué cuando mencioné a Nezuko san tu sonido cambió?

- ¿Mi sonido? – Preguntó Shinobu.

- Si, antes tu sonido era más calmado, tal vez un poco desincronizado, pero mucho más calmado que ahora, es como si...

- Lo siento – Interrumpió Shinobu – Me tengo que retirar.

- Espera, ¿Y Tanjiro? ¿Dónde...?

Shinobu no quiso seguir escuchando y se dio media vuelta para salir de ese salón. Ella caminaba por los pasillos sumida en sus pensamientos, ni siquiera le regresaba el saludo a los kakushin que pasaban por ahí.

El deseo de alguien másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora