03 COBARDE

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KAGOME

No podía creer que él estuviera parado frente a mí, vestido con unos sencillos jeans de mezclilla y una camisa azul de manga larga. Era un look casual que, aunque diferente a su habitual estilo más formal y pulido, no dejaba de resaltar su atractivo. Su porte relajado y confiado, acompañado por esa sonrisa deslumbrante, iluminaba toda la habitación y hacía difícil apartar la mirada de él. Pero debajo de esa fachada relajada, pude percibir una tensión que contrastaba con su sonrisa. Mis pensamientos se arremolinaron, mezclando la confusión y la incomodidad de su repentina aparición.

-¡Mi amor! -exclamó con gran emoción- Marqué a tu celular, pero...

-¿Qué demonios haces aquí? -preguntó Sango interrumpiéndolo bruscamente. Su tono era una mezcla de desconfianza y odio, claramente molestia por su inesperada llegada como si nada estuviera pasando

Bankotsu se volvió hacia ella, su mirada se endureció y su sonrisa se desvaneció, reemplazándola por una expresión fría y despectiva.

-Vine a hablar con 'mi esposa', - respondió con desprecio, poniendo énfasis en la última palabra-. Así que lárgate y déjanos solos, ahora, Konishi.

-¿Todavía tienes el descaro de llamarla 'esposa' después de lo que hiciste? - Sango cruzó los brazos manteniendo su postura desafiante-. La traicionaste de la peor manera.

-¡No te metas donde no te llaman, estúpida! -exclamó Bankotsu con rabia

-¡CÁLMENSE LOS DOS! -grité exasperada. Cerré los ojos y solté el aire contenido, tratando de calmar el torbellino de emociones que me envolvía.

El silencio que siguió a mi grito fue ensordecedor. Abrí los ojos lentamente, mirando a ambos con mucha seriedad. Sentía que mi paciencia estaba al límite, pero también sabía que necesitaba mantener la calma para enfrentar esta situación.

-Sango, por favor -dije con voz más suave pero firme-. Necesito hablar con Bankotsu a solas. Agradezco tu preocupación, amiga; pero tengo que arreglar... esto.

Sango me miró con inquietud, pero finalmente asintió y se dirigió hacia la puerta, lanzándole a Bankotsu una última mirada de advertencia antes de salir.

-Estaré afuera por si me necesitas, Kag.

El silencio llenó la habitación una vez que Sango cerró la puerta. Sentí un nudo en el estómago mientras miraba a Bankotsu, quien había recuperado su sonrisa, aunque ahora parecía más una mueca falsa.

-¿Qué quieres, Bankotsu? -pregunté muy indiferente, intentando mantener mi voz estable.

-¿De verdad tengo que explicarlo? -respondió con sarcasmo-. Necesitamos hablar sobre lo que están inventando en los medios-. Suspiré, sintiendo la presión de sus palabras.

-Está bien, hablemos -dije, haciendo un esfuerzo por mantener la compostura y aunque lo intenté, no pude controlarme-. ¿Qué es lo que quieres decirme? ¿Qué nada de lo que vi es cierto? O quizás, ¿Qué esa modelo es otra prima de la que no sabías de su existencia? -Bankotsu frunció el ceño, visiblemente molesto por mis palabras, pero trató de mantener la calma.

-Kagome, por favor, déjame explicarte -dijo, acercándose un poco más-. No es lo que piensas.

-Ah, ¿no? -repliqué, cruzando los brazos-. Entonces, ¿qué es? Porque lo que vi fue bastante claro.

-¿Vas a creerle más a ese programa de chismes? -suspiró, pasando una mano por su cabello en señal de frustración-. -Fue un malentendido, te lo juro. Esa mujer... Sólo fue una situación fuera de contexto.

NOCHE DE COPASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora