One shots || Selección argentina

19-. Otamendi

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— Nicolás Otamendi —

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El teléfono de Caro no paraba de sonar, un número desconocido, pero cuando ya llevaba más de diez llamadas se digno en cogerlo.

—¿Sí? —preguntó al descolgar.

No hubo respuesta, no se escuchaba ni un ruido.

—¿Hola? ¿Quién llamó? —volvió a preguntar.

Ahora se escuchó un sollozo.

—¿Hay alguien ahí? Si no me dice nada colgaré —amenazó.

—No —se escuchó en un murmullo.

—¿Pero quién es? —volvió a hablar.

—Nadie —negó.

—¿Nicolás? ¿Ota sos vos? —cuestionó aunque segura de que lo era.

—Sí.

—¿Qué me llamas a estas horas?

—Quería volver a escucharte —confesó.

—¿Has estado bebiendo? —no respondió— ¿Ota estás tomado?

—Voy a colgar.

—No, Nicolás por favor, ¿estás en tu casa? Por favor Nicolás responde.

Pero no respondió.

—Dale mi amor, decime, ¿estás en la casa?

Otamendi ya no era su amor, hacía meses que no lo era, pero sabía que era la única forma de que contestara.

—Sí.

—Ya mismo voy, deja de tomar —le pidió y colgó.

Se vistió con lo primero que cogió del armario y se fue con el coche a casa de Otamendi.

Al llegar llamó apresuradamente a la puerta, esperando a que le abriera.

—¿Nicolás estás bien? —preguntó nada más verlo.

—No tenes que preocuparte.

—¿Vos te viste? ¿Cuánto tomaste? —le preguntó enfadada entrando en la casa.

—Nada —negó aunque las palabras le resbalaban.

—¿Nada? Una entera y estabas por abrir otra, ¿en qué pensás Nicolás? ¿O es qué no lo haces? —le gritó muy molesta.

—Pienso en vos solamente —me chamuyó tratando de acercarse a mí, pero se tambaleó.

—Anda a la ducha, ¡ya! —señaló escaleras arriba.