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La academia estaba repleta de grandes genios como Viktor, pero él siempre había sido rechazado. Era el primer año de ___, por lo que, como las normas indicaban, debía de tener a un profesor federado durante un tiempo.
La academia no solo consistía en aprender, sino también en descubrir, por lo que los alumnos pasaban un tiempo con sus tutores hasta que fueran lo suficientemente independientes para hacer sus propios trabajos.
___ nunca oyó hablar de Viktor, al menos no hasta que se presentó como tutor. Allí fue donde le conoció. Después de presentarse amablemente, la acompañó al laboratorio, donde darían la primera clase.
Viktor explicaba realmente bien, aunque todo lo que decía, ___ ya lo había aprendido, así que todas las respuestas a sus preguntas las acertaba a la primera, algo que sorprendió al tutor.
— ¿Cuáles son los niveles que enseñáis aquí, en la academia? — preguntó ___ con curiosidad, ya que ella iba más avanzada que el resto de alumnos.
— Empezamos con la química macroscópica, hasta llegar al nivel energético de la materia.
— Oh...
— ¿Algún problema?
— Sí, bueno... Desde pequeña me interesaba mucho tanto la química como la física, así que decidí estudiar por mi cuenta hasta tener los ahorros suficientes para estudiar aquí. Ahora que vengo... bueno, resulta que ya he estudiado todo lo que explicáis.
— En ese caso... Podemos hacer una excepción, pareces realmente buena, ¿por qué no me demuestras de lo que eres capaz? Acompáñame.
Viktor y ___ salieron del laboratorio y la acompañó a una sala, donde la puerta estaba cerrada con llave. Dentro encontró varios pizarrones, todos llenos de ecuaciones inacabadas y pequeños esquemas sobre... ¿Hextech?
— Espera, ¿no trabajabas con Jayce, de la casa Talis?
— Está demasiado ocupado con asuntos del consejo — dijo mirando la pizarra —. He intentado averiguar las ecuaciones de los materiales de los que dispone la gema. Verás, he trabajado en seres vivos, parece que los sujetos se mantienen a la mutación y al cambio, pero todos acaban igual, muertos.
Mientras explicaba, ___ miraba todas las plantas que había al rededor de la mesa, todas marchitadas y opacas, sin sus colores brillantes.
Se acercó a una de las pizarras para ver las ecuaciones, las cuales Viktor había acertado en cada uno de sus resultados, pero sin los efectos esperados.
— ¿Por qué me enseñas todo esto? — preguntó.
— Tengo la esperanza de que me puedas ayudar. Pareces una buena científica — ___ asintió con la cabeza.
— Vale, estoy dispuesta a ayudarte, pero necesito más información, la cual me he dejado en casa. ¿Te parece si nos vemos mañana? Por la tarde investigaré, a ver qué encuentro.
— Bueno, verás... No dispongo del tiempo que me gustaría, así que... ¿No podemos vernos esta tarde? Y de paso podemos cenar juntos.
___ frunció el ceño. Le mandaba a hacer deberes con él y luego le preguntaba si quería ir a cenar. Aunque Viktor fuera de lo más peculiar, ___ no se negó a sus peticiones, ya que le parecía muy agradable y simpático, además de guapo, así que por la noche podría conocerle mejor, algo que no le desagradó en absoluto.