En los callejones animados y nocturnos de la ciudad, donde el murmullo de la gente se mezclaba con el aroma tentador de la comida callejera, se encontraba Alex. A sus dieciocho años, su atractivo no provenía de rasgos clásicamente guapos, sino de una mezcla de encanto rebelde y una mirada intensa que parecía capturar la esencia de aquellos que lo rodeaban.
Alex era moreno, con un par de hoyuelos que aparecían cuando sonreía, lo que le daba un aire travieso y encantador. Había aprendido desde joven el arte de la conquista, no solo por su apariencia, sino por su habilidad para captar la atención con palabras y gestos precisos.
Esa noche, estaba en su elemento natural: rodeado de amigos en un bar clandestino, compartiendo risas y anécdotas de sus últimas conquistas. Con su mejor amigo Frank (antes conocido como Diego), a su lado, Alex se destacaba por su romanticismo desenfadado, capaz de enamorar a una chica con una simple mirada y una poesía improvisada.
"—Y entonces, decidí aceptar el reto. Le escribí una poesía improvisada en una servilleta y, créanme, funcionó como un encanto", contó Alex, con una sonrisa pícara, mientras sus amigos lo escuchaban con admiración.
Frank, quien conocía todas las facetas de Alex, soltó una risa entre divertida y escéptica. "Alex, algún día una de estas chicas te dejará sin palabras y te hará replantearte si todas estas conquistas son solo un juego para ti."
Alex levantó las cejas con interés y tomó un sorbo de su bebida. "Lo dudo, Frank. Estoy disfrutando de mi libertad mientras pueda."
Mientras hablaban, la música del lugar cambió a una melodía suave y melancólica, creando un ambiente íntimo entre las mesas llenas de amigos y parejas. Alex se sumergió en la atmósfera, dejando que la música lo envolviera y lo llevara a un estado de reflexión.
De repente, la puerta del bar se abrió con un tintineo, y una figura conocida captó la atención de Alex de inmediato. Era Julia, una chica con la que había compartido risas y confidencias en más de una ocasión. Ella le dedicó una sonrisa cálida antes de saludar a algunos amigos en una mesa cercana.
Frank notó la mirada de Alex y arqueó una ceja con complicidad. "¿Vas a ir a hablar con ella?"
Alex sonrió de manera enigmática y se encogió de hombros. "No esta noche, Frank. Creo que prefiero quedarme aquí y disfrutar de la compañía de ustedes."
Mientras la noche avanzaba y las historias fluían entre ellos, Alex comenzó a reflexionar sobre la fugacidad de las conexiones que había cultivado. Cada historia, cada conquista, le proporcionaba emoción y satisfacción temporal, pero había algo en la mirada de Julia que le hizo preguntarse si estaba listo para algo más profundo.
Con cada canción que resonaba en el aire y cada mirada furtiva intercambiada, Alex empezó a cuestionar si alguna vez encontraría algo más significativo que el juego de seducción en el que tan cómodamente se desenvolvía.
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Renacer En El Campo , Destino Entrelazados.
Random"Destinos Entrelazados" Alex busca paz y redención en una finca rural después de enfrentar pérdidas y desafíos en la ciudad. Su vida cambia cuando una revelación del pasado lo lleva a confrontar nuevas responsabilidades y encontrar el perdón, mien...