Cuando te vi - Robin Le Normand

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Robin's POV

Si hace unos años me dicen que voy a estar un 13 de febrero en el aeropuerto camino a Paris para jugar unos octavos de Champions, les diría que están bastante locos. Que estoy viviendo un sueño es un hecho. Y que me siento completamente pleno con mi vida, también.
Bebo de mi café apoyado en la pared mientras escucho de fondo la conversación entre Remi y Merino. ¿Que dónde está mi mente? Pues unos metros más allá, donde veo a Ane charlando animadamente con Paula y Raúl. Ese trío calavera siempre está de buen humor a pesar de venir a los viajes a pringar como los que más. Aunque yo contento, porque verla reírse me da años de vida.

-Tierra llamando a Robin. Tío, la vas a desgastar de tanto mirarla.- me suelta Alex cuando Merino se aleja y le doy un golpe en el pecho.- A mi me vas a tener que explicar de nuevo por qué no la has besado aún.

-Ya te lo he dicho, hermano. Estoy muy perdido con ella...

-¿Pero en qué momento te pierdes exactamente: en el que habláis todo el día como una pareja o en el que dormís juntos?- pregunta de forma irónica y suspiro.

-No lo sé. A ver, está claro que debo gustarle... Pero no quiero lanzarme y cagarla. No quiero dar pasos hacia detrás.- explico y mi amigo me mira incrédulo.

-Robin, en serio. Os veo juntos cada día. Si hubiera más química entre vosotros, explotáis. No me jodas...

-Bueno, no me presiones.- le calmo riéndome.

-Es que llevamos ya dos meses con esto, tío. Échale huevos. ¿Qué puede pasar? ¿Que se de cuenta de que no le gustas tanto? Eso demostraría que la chica tiene buen gusto.- bromea recibiendo una colleja por mi parte, lo que le arranca una carcajada que llama la atención de Ane, que nos mira sonriendo completamente ajena a lo que aquí se está discutiendo.

-De momento le he dicho que traiga algo de ropa que no sea del club. Quiero organizarle una cena esta noche a ver si tanteo un poco el terreno...

-Pues suerte, porque esta no te deja escaparte de la concentración ni aunque la lleves a la mismísima Torre Eiffel.- sentencia Alex y asiento con la cabeza dándole la razón.

-Ya lo sé. Por eso será en el hotel.- explico orgulloso.

Damos por finalizada la conversación cuando nos avisan de que vamos a embarcar, aunque de sobra sé que esto no va a quedar aquí y que Alex intentará sonsacarme hasta el último detalle.

Ane's POV

Grabo un plano de la puerta de embarque para el reel del viaje y guardo el móvil del trabajo. Surrealista cuanto menos estar viajando a París para pasar allí el día de los enamorados con el equipo de mi vida. Cambio el móvil del club por el mío y veo que tengo un mensaje de Robin:

"No bajes luego a la cena en el bufet, vale? Luego te digo donde nos vemos para cenar.
PD: tranquila, no vamos a salir del hotel y no me saltaré la concentración ni la dieta.
PD2: estás muy guapa"

Claro y conciso. Giro mi cabeza de forma muy poco disimulada para buscarle y pronto nuestras miradas se encuentran. No puedo decir que no a nada con esa cara. Los nervios se instalan en mi estómago de solo pensar en cenar con él a solas en un hotel en París la noche antes de San Valentín. Sonará a cliché totalmente, pero es increíble cómo cosas que antes no te hacían ilusión alguna pueden pasar a hacértela solo por ser la persona indicada.

El vuelo se me hace eterno y el traslado desde el aeropuerto al hotel aún más. Las distancias en París podrían medirse en miles de km y no me sorprendería. Eso sí, todo el paisaje que vemos desde el bus es precioso y rezo internamente para que mañana me toque cubrir el paseo matutino y poder recorrerme de nuevo esta ciudad.
Entramos por fin al hotel y, tras hacernos entrega de nuestras llaves, anuncian que en media hora bajaremos a cenar. Emprendo el camino hacia la habitación que hoy me toca compartir con Paula y me tiro directamente en la cama. Desbloqueo el móvil a ver si tengo nuevas instrucciones.

R. Le Normand

Voy a bajar a la cena para no levantar sospechas
En 20 mins estoy listo
Nos vemos en la habitación 810, en la última planta

Geniaaaal
Te veo allí entonces
Me podrías haber avisado de que la ropa que tenía que meter en la maleta era elegante...

Tú estás guapa con todo
Además que ya sabes que como más me gustas es llevando solo una camiseta mía 😉

Cruzamos algunos mensajes más hasta que Paula interrumpe mi burbuja para indicarme que bajemos a cenar. Le digo que no voy a bajar y antes de inventarme una excusa ya me ha pillado. Casi tengo que taparle la boca para que no grite de la emoción. De verdad que parece que a algunos les pagan si Robin y yo acabamos juntos.
Se despide de mi asegurándome que les dirá a todos que estoy algo revuelta del viaje y yo se lo agradezco. En los 20 minutos que tengo que esperar aprovecho para ducharme y ponerme la ropa que he traído por indicación de Robin: un pantalón campana negro y un jersey. Así que aquí tenemos el look para una cita en París.

Llega el mensaje de Robin indicándome que ya puedo ir y me dirijo al ascensor con cuidado de no cruzarme con nadie conocido. Pulso el botón 8 y noto como mi estómago se revuelve esta vez de verdad.
Los nervios se acentúan aún más cuando toco a la puerta y esta se abre apareciendo detrás un sonriente Robin. Ainhoa tiene toda la razón del mundo cuando dice que cuando estamos juntos somos don y doña sonrisitas.

-Buenas noches. Había quedado aquí con un chico. ¿Puedo pasar?- pregunto bromeando y se hace a un lado para que pase.

Mientras cierra la puerta yo voy adentrándome en la habitación. Es bastante más grande que la que me ha tocado a mí y todo en ella es precioso: desde los muebles hasta la distribución.

-Es increíble.- susurro sin dejar de mirar todo cuando siento que me abraza por la espalda dejando un beso en mi mejilla.

-Pues no has visto lo más increíble. Ven.- dice cogiendo mi mano.

Con nuestras manos aún entrelazadas me guía hasta en balcón, donde hay una mesa con flores y dos sillas. Desde el balcón se ve la Torre Eiffel iluminada, el Arco del Triunfo y, más a lo lejos, Montmartre.
Retira mi silla para que me siente y sonrío divertida. Toma asiento en la silla de en frente y apoyo mi cara en mis manos para mirarle embobada.

-Esto es increíble, Robin, en serio... ¿Cómo se te ocurre montar esto?

-Las ganas de estar contigo, que me han superado.- se ríe encogiéndose de hombros.

Voy a responder pero dos toques en la puerta me interrumpen. Robin grita en francés que pasen y aparece un camarero. Por lo visto solo yo puedo decir entre varias opciones, ya que a él le van a subir el menú que han comido sus compañeros para seguir la dieta.

-Muchas gracias. Y, por favor, todo al gusto de la señorita que me estoy jugando que me deje besarla.- se dirige al camarero, quien reacciona riéndose y se retira.

-Sabes que te he entendido, ¿verdad?- pregunto cuando el camarero se retira.

-¿Y qué pasa? ¿Es un secreto que quiero besarte?- me río tímida y aprovecha para coger mi mano por encima de la mesa.

-Creo que esto es de las cosas más increíbles que he vivido nunca. En serio, gracias.- confieso sincera y él sonríe con ternura.

-Pues esto no es nada. Te prometo que el año que viene por San Valentín podremos beber vino incluso.- bromea.

Al cabo de un rato llegan nuestros platos y el camarero vuelve a retirarse deseándonos un buen apetito. Os diré que escuchar a Robin hablar en francés ha terminado de tumbar las pocas defensas que me quedaban en pie con respecto a él.

-Estás muy lejos.- digo mirando su posición en frente de mi.

-Eso tiene fácil solución.- contesta y se levanta para mover su silla a mi lado.

Sonrío satisfecha y apoyo mi cabeza en su hombro mientras admiro el paisaje.