Kimetsu No Causa

Inicios

Recuerdo que empecé a tener conciencia de cosas de las cuales una niña tan pequeña no tendría por que estar enterada. Todo gracias al lugar en donde vivía en ese entonces.
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De pequeña yo viví en el tan conocido Yoshiwara, Japón, en una zona con un estatus algo mediocre, pero era perfecto para vivir medianamente tranquilo. En ese lugar vivía con una viejecita que se la pasaba trabajando como limpia pisos para poder sobrevivir, me daba mucha lastima y siempre que se me daba la oportunidad traía dinero y comida a la casa para ambas.
En ese entonces no sabia el idioma local así que me comunicaba por medio de señas simples, esto siguió por mucho tiempo hasta que un día encontré a un niño de más o menos mi edad.
Ese día el cielo estaba nublado y me encontraba realizando unos trabajos de limpieza y mensajería en la mejor zona y más concurrida del lugar, cuando en un momento, al caminar sin mucho cuidado me atravesé y choqué con una oirán que daba su recorrido por la calle principal, esta se detuvo y con una mirada de profundo odio me miró ya estando en el suelo.
─¿Eh?

─Discúlpeme...No. Yo no miré por donde iba caminando.
─¿Que rayos está diciendo esta mocosa?
En ese momento no recordaba que estas personas no podían entender mi idioma y por el nerviosismo solo comencé a hablar y a hablar sin escuchar los reclamos de la oiran para que guardara silencio, fue entonces cuando estuve a punto de recibir un golpe de esta misma siendo detenida solo por los acompañantes junto con un niño el cual llegó poco después.
─Espere Hayamihime Sama. Ella no habla japonés, discúlpela por favor.
─Parecía estar siendo grosera.
─No, simplemente es otro idioma.
─Bien, entonces solo quítenla de mi vista.
Y eso fue lo que pasó, fui retirada por aquel niño que me llevo hacia los callejones y empezó a hablarme en español.
─¿Cómo se ocurre ir a pegarte con Hayamihime?
─¿¡Sabes hablar español!?
─Medio poco.
─¿Más o menos?
─Eso.
Desde es entonces los dos niños comenzaron a frecuentarse y convivir formando una linda relación de amistad, además de enseñarse mutuamente el idioma del otro. Esta tranquilidad, para desgracia de ambos, duró tan solo un par de años, cuando en aquel terrible día Yoshiwara fue atacado por un demonio de ojos arcoíris el cual acabo con la vida de muchas personas, incluyendo con la de su tan querido amigo...o tal vez eso creía...
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─¿De verdad eso pasó?
–Así es, todo eso pasé cuando era pequeña.
–Es muy triste...E impresionante que sobreviviera al ataque de un demonio siendo tan pequeña.
–Bueno, mi maestro fue el que me salvó, la verdad yo no estaría viva si el no hubiera ahuyentado al demonio...Pero bueno pequeño, tengo que irme, mi ave ya me está reclamando que no me apuro jajaja.
–Tenga mucha suerte, señorita Isabel. ¡Uh! Espere que le traigo algo 9ara que coma en el camino.
En ese momento la chica de cabellos castaños se detuvo y esperó sonriendo mientras un ave de color negro se posaba en su hombro, un zanate. Poco después el pequeño regresó y le entregó unos onigiris envueltos para el camino.
–Tenga, señorita Isabel. Ahora si. Vaya con cuidado, mi familia y yo la esperaremos con gusto, ¡gracias por salvarnos!
–De nada, pequeño. Recuerden prender incienso de glicinias en la noche, eso ahuyenta a los demonios.
Dijo la chica mientras se despedía y revolvía un poco el cabello del niño para después comenzar a caminar hacia mi próxima misión.
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¡Notas!
•Cuando se está "hablando en japonés" el texto pasa a ser subrayado.
•Esta historia es sobre un oc, no afecta casi en nada en el canon.
•Si no te gusta este tipo de historias solo pasa de largo, no se necesitan los comentarios innecesarios aquí 😊.
•Un zanate es una especie de ave paseriforme de la familia Icteridae.