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Su habitación se encontraba repleta de globos por todo el suelo, techo y había regalos en su cama.

—¿Q-qué es todo esto? —preguntó anonado por todas las sorpresas que estaba recibiendo en el día.

—Feliz cumpleaños Sunghoon.

—¿Ehh?

—Hoy es tu cumpleaños— informó suavemente y Sunghoon volteó para mirarlo viendo como sostenía un pastel con dos velas que formaban un "19".

Sunghoon lo miró atónito negando con la cabeza y tomó su celular para ver la fecha.

08/12.

De ninguna manera.

¿Cómo no pudo darse cuenta?

¿Cómo fue tan inconsciente con el tiempo? Eso nunca había pasado en su vida, nunca al grado de olvidar su cumpleaños, aunque quisiera tomarlo como un día más y aunque a nadie le importara le era simplemente imposible.

Nunca nadie lo recordaba. Incluso nadie lo había llamado o mandado un mensaje ese día.

Pero ahí estaba Heeseung recordándolo aunque sólo se lo hubiera dicho una vez, justo el día que se vieron antes de que todo lo del celo sucediera, le indicó la fecha de su cumpleaños, nunca pensó que lo recordaría.

—Pide un deseo— susurró.

Sunghoon aún sin poder procesarlo se acercó levemente, percartándose de que el pastel que Heeseung sostenía era el mismo que él le había pedido en el restaurante. Aquél que tanto le había despertado el apetito, aquél que pensó que Heeseung no le compraría porque era muy costoso.

Las lágrimas se acumularon en sus cuencas una vez más.

Con un nudo en la garganta sopló ambas velitas pidiendo de deseo lo primero que se le vino a la mente.

—Son demasiados habló mirando hacia la cama tragando saliva con dificultad. —N-no, no debiste alfa.

—Diecinueve años, diecinueve regalos— inquirió mientras colocaba el pastel sobre el buró.

Sunghoon volteó en dirección a la cama, con el corazón saliendo de su pecho y miles de cosquilleos en su vientre, sus ojos se nublaron y las lágrimas comenzar a deslizarse por sus mejillas.

No quería que Heeseung lo viera llorar otra vez y menos después de todo lo que había hecho por él en el día, pero es que simplemente no lo podía evitar.

Heeseung se acercó lentamente y lo abrazó por detrás colocando suavemente sus manos en su cintura mientras recargaba su mentón en su hombro.

Su rostro estaba escondido en sus palmas intentando callar sus sollozos.

Sin poder evitarlo se dio la vuelta pegando su rostro al pecho del alfa y lo abrazó por debajo de sus brazos mientras mantenía su agarre en su cintura.

Sunghoon sollozó bajito en el pecho contrario, estaba seguro de que humedeció el suéter del mayor con sus lágrimas pero realmente lo necesitaba cerca, así como llenarse de su aroma para calmarse.

—¿Estás mejor? —preguntó Heeseung después de un rato, en un susurro liberando sus feromonas de protección suavemente sobre el frágil omega en su pecho y Sunghoon con los ojos cerrados asintió tranquilo libre de sollozos.

—Nunca me habían dado un regalo de cumpleaños— confesó en un hilo de voz y Heeseung lo estrujó con un poco de más fuerza sobre su cintura.

—Eso va a cambiar - le aseguró en un susurro mientras depositaba un besito en su frente y el lobito de Sunghoon ronroneó.—Te daré muchos, muchos regalos. Te mereces todo el amor y el cariño del mundo.

crucifícame [heehoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora