Treinta y siete

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Joshua era un completo manojo de nervios. No sabía que hacer, no sabía qué mierda estaba ocurriendo con su alfa. ¿Ya era hora de entrar en pánico? ¿Ya los habían descubierto? ¿Ya iban a matarlos? ¡Ni siquiera había pasado un año! ¿Y ahora que haría? Jisoo daba vueltas en la sala, impaciente, desesperado, totalmente asustado.


De pronto, su aliento fue robado cuando, de la nada, la luz se cortó en toda la
casa. El corazón de Joshua se aceleró aún más, sus pupilas dilatándose en la
casi total oscuridad y el miedo presionando en su pecho con fuerza. Se quedó paralizado con sus ojos tornándose llorosos. Soltó un agudo grito cuando un sonido resonó dándole un respingo. Pero sólo era su celular, una llamada siendo recibida. Temeroso, Jisoo caminó con cuidado hacia el sonido.

Un inmenso alivio lo llenó completamente al ver que era Jeonghan. Así que atendió.

—H-Han... —musitó al borde de las lágrimas.


—Bebé, tranquilízate, estoy bien, sólo... —un melancólico suspiro se oyó del
otro lado de la linea—. Nos han encontrado .


Joshua inhaló aire con miedo, cubriéndose la boca con su mano disponible, mientras las gotas saladas ya adornaban sus mejillas.


—Un grupo esta dirigiéndose hacia allí, intentaran atentar contra los guardias
que vigilan la casa... Mi equipo y yo iremos por ti, te sacaré de allí, ¿de
acuerdo? Tú tranquilízate, amor. ¿Recuerdas lo que te he dicho que hagas en caso de emergencia? Hazlo, bebé, y por favor, cuídate mucho —habló Jeonghan angustiado, esforzándose por mantener la calma.


Los sollozos del omega ya se hacían escuchar, tan histéricos y desesperados.
—Todo va a estar bien, cariño, confía en mi. Ahora necesito que seas fuerte, bebé, sé que podrás. Toma un arma, ve a esconderte y, escúchame bien, pase
lo que pase, no salgas de allí, a menos que sea yo quien aparezca. Confía sólo
en mi, bebé. Si alguien más quiere llevarte, sea quien sea, dispara... Yo... ddebo irme. Nos veremos en un ratito, mi vida. Te amo demasiado, nunca
olvides eso.

—Oh, Hannie... y-yo... —musitó con un hilo de voz e intento decir algo más, pero entonces la llamada fue cortada. Inhaló hondo, hipando, y aunque ya nadie lo
escuchara dijo—: También te amo.


Se secó las lágrimas de las mejillas y, dispuesto a salir con vida de aquella
situación, se dispuso a seguir las instrucciones que Jeonghan le había dado. Con la luz de su celular buscó el escondite más cercano de algunas de las calibres. Al empuñar el arma, se dirigió con cautela a la planta alta, no sin antes tomar de su nido una manta que oliera mucho a Jeonghan, así tendría algo con que calmar su ansiedad. Así que, con mantita y pistola, subió al primer piso y luego al ático, donde allí se escondió, justo detrás de un mueble viejo y algo
polvoriento.


En ese oscuro y frío sitio le tocó esperar la salvación o la muerte. Jisoo rogaba
porque fuera la primera opción, rogaba al cielo que Jeonghan llegara primero
que lo malos. Porque, sinceramente, no sabía si se animaría a disparar si
alguien más apareciese. No, no podría. ¿De que mierda había servido tanto
entrenamiento si, al fin y al cabo, aún seguía siendo un cobarde que no se
atrevía a herir a nadie? Era una completa decepción.


Joshua se sobresaltó, entrando en pánico cuando, de repente, un tiroteo se
presentó fuera de la casa. El miedo lo invadió, cortándole la respiración al
sentir los disparos tan cerca, y la inmensa angustia de Jeonghan golpeando en su pecho no ayudaba en nada.


Se descubrió a si mismo sollozando, apretujando la mantita con una de sus
manos al tiempo que empuñaba el arma con la otra. Su muñeca temblaba, todo
su ser temblaba. Jisoo luchaba por acallar los chillidos que su omega interior soltaba, llamando a su alfa.

𝐒𝐔𝐁𝐋𝐈𝐌𝐄 𝐃𝐎𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ㆐JIHAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora