POV SAMANTHA
—¿De dónde diablos salió ese pedazo de culo? —Saco la cabeza de debajo del capó del coche, sigo la línea de visión de Mike. Él deja escapar un silbido mientras sigue mirando por una de las puertas del garaje. Irritación y celos se disparan a través de mi cuerpo, y no tengo ni puta idea de por qué. Tal vez sea la forma en que lo dijo o el tono de su voz, pero miro más allá de él para ver de lo que está hablando.
La pelicastaña en la que ambos tenemos nuestros ojos, parece que acabara de bajarse de una pasarela. O solo estoy adivinando que una modelo de pasarela se vería así. Aunque a partir de las imágenes que he visto en revistas de modelos, sus curvas son mejores. Su cabello pelicastaño cuelga todo el camino hasta su cintura, donde los extremos comienzan a encresparse. Me dan ganas de envolver mi dedo por uno de ellos, agarrar un puñado de ellos mientras bombeo de mi polla dentro de ella. Me pregunto cómo gemirá si me conduzco dentro y fuera de ella.
Su vestido corto abraza las curvas en los lugares correctos y muestra sus largas piernas. Mis ojos hacen un barrido hasta los ridículamente altos tacones que lleva puestos. No tengo idea de cómo puede incluso caminar en ellos en el concreto desigual que cubre el frente de mi taller. La forma en que está vestida me hace pensar que debe ser rica. De lo que está haciendo aquí no tengo ni puta idea porque ella claramente no encaja.
Ella nos mira, al igual que nosotros la estamos observando. Sus ojos se encuentran con los mios, y es como un golpe bajo a mi sistema. Todo el aire sale de mis pulmones, y toda mi sangre corre a mi pene. Me hace sentir mareada, y me agarro del coche en que estoy trabajando en busca de apoyo.
Soy malditamente vieja, demasiado para conseguir una erección con sólo mirar a una chica. Veintiocho no es estar vieja, pero es demasiado para conseguir estar excitada por algo tan simple. Demasiado vieja para tener pensamientos sucios sobre una chica al azar, algo que no he hecho desde que era una adolescente cachonda. No voy a mojar mi polla en cualquier agujero al azar. Una media sonrisa tira de sus labios, y es como si estuviera tratando de jugar a la inocente o algo así. Debe ser parte de su juego.
Cuando finalmente su mirada deja la mía, siento una pérdida inexplicable. Mierda. Eso no puede ser bueno.
—Tengo esto jefa—, Mike dice con una sonrisa de comemierda en su rostro. Es una mirada que conozco muy bien, y puedo ver que está haciendo como que va a ir a saludar a la pieza de culo pelicastaña en la parte delantera de la oficina. Antes de que pueda dar dos pasos, le estoy agarrando por el brazo.
Malditamente no va a estar pasando. Mike siempre tiene mujeres envueltas alrededor de su dedo. Tacha eso, están envueltas alrededor de su pene y es como más le gusta. Él tiene a cada mujer cayendo a sus pies cada vez que salimos, y es probablemente porque siempre maneja su boca. Por lo que dice, me parece que tengo un "no hables conmigo" a través de mi cara, dándole un buen susto.Tengo el impulso de huir sólo de pensar en hablar con ella, pero empujo la sensación de vuelta porque es jodidamente ridículo. Como ninguno de los dos tiene una oportunidad con una mujer así. ¿Quién sabe lo que está haciendo en una malditamente pequeña ciudad como esta? Probablemente de paso y algo salió mal con su paseo. Hoy aquí, mañana ya no. El pensamiento me hace un nudo en la tripa. Voy a necesitar probarla antes de que se haya ido. Algo que estoy segura no será fácil.
—Terminé de colocar el motor. Lo tengo—.La irritación en mi voz es clara, ordenando volver al trabajo. Quiero ser la primera en hablar con ella, pero veo que Lara me gana la mano cuando entro en el frente de la oficina.
—¿Cuánto tiempo ha estado haciendo ese sonido? —Lara le pregunta, sacando un bolígrafo de su cabello negro atado en una cola de caballo. Cuando el pelo capta la luz de una determinada manera, casi parece azul.
—Bueno, yo estaba... —La Duquesa pelicastaña deja de hablar cuando finalmente ve que me les he unido en la oficina. Un ligero rubor le golpea las mejillas, y eso hace que mi polla de un tirón. Doble Mierda. Un maldito rubor está haciendo que mi dolor de pene aumente con necesidad.
Oigo a Lara dejar caer el bloc de notas hacia abajo sobre el mostrador, y la miro poner los ojos en blanco y devolver la pluma a la cola de caballo.
—Estaba segura de que sería Mike—. Lara lo dice con una sonrisa en su rostro. Estoy segura de que ella creía que sería Mike. Debido a que perseguir culos no es algo que haga. Pero parece que esta pequeña Duquesa me ha doblado algunas reglas.
—Está ocupado y necesita tu ayuda—. Es una mentira. Mike puede terminar el trabajo por su cuenta, pero no es necesario tener a Lara aquí husmeando o abasteciéndose de cosas que me puedan dar una mierda más tarde.
Ella resopla, pero sale por la puerta y dejándonos a la Duquesa y a mi solas.
Las dos simplemente nos miramos fijamente. Hay algo en ella, en la perfección con que está hecha, que me da ganas de tirarla al piso y follarla allí mismo. Estaría tan sucia cuando acabara con ella. La grasa en mis manos sería tinta corrida por toda su ropa, su pelo estaría salvaje después de que bombeara dentro y fuera de ella, y su maquillaje estaría manchado. Podría mirarla y saber lo que hice. Haría a esta mujer sucia para mí y le encantaría, tanto que me pediría que se lo hiciera una y otra vez hasta que estuviera goteando con mi semen.
Ella finalmente rompe el contacto visual, tirando sus ojos chocolate de los míos. Es entonces cuando me doy cuenta de que estoy mirándola como un cachorro enamorado. Me aclaro la garganta y llego al tema antes de que me corra en los pantalones de solo pensar en todas las cosas que quiero hacer con ella.
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La Mecánica|Rivari G!P
РазноеEsta historia es una adaptación. Créditos a su autor(a). [Si el/la creador/a o involucrados piden que borre la adaptación, se hara con todo gusto] Iniciada: 1/7/24 Concluida: 21/7/24