Perdida.

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Gavi:

Estaban saliendo muchas imágenes en los periódicos y revistas de Fermín y una nueva chica. Había hablado con Fermín pero solo me decía que era una fan que se le había acercado.

Sabía que Athenea la estaría pasando fatal y vine a Paris a buscarla. Hoy llegaban al departamento que había rentado por que sabía que no iba ser fácil hablar con ella si vio todas esas imágenes.

Dos días después.....

La había ido a buscar en la Universidad que estaba estudiando pero me habían dicho que tenía días sin presentarse. Sabía que ya iba a hacer más difícil buscarla.

Eran alrededor de las 23:30 horas y escuché bastante ruido. Abrí la puerta de mi departamento y vi a una chica y a un chicos en el departamento de aún lado.

La chica estaba tratando de alejar al chico de ella.

—Mathis que me sueltes — dijo la chica.

El chico de acerco más a ella.

—Que me sueltes — volvió a decir la chica.

Me acerqué corriendo a ellos.

Me quedé en shock cuando ví que esa chica toda tomada era Athenea. La separe del chicho.

—Ya la escuchaste, que la dejes — dije cabreado.

El chico se acercó de nuevo a nosotros pero lo aparte de un empujón.

—Tócala de nuevo y te mato — solté molesto.

—¿Y tú quién eres? — preguntó el chico molesto.

—Eso no te importa, pero si tú la vuelves a tocar te mato, ¿te quedo claro? — dije viéndolo fijamente a los ojos.

—Ya lo oíste Mathis, tócame y te mata — soltó Athenea, que apenas y podía estar de pie.

El chico soltó maldiciónes y se fue.

—¡¿Pero qué mierdas te has metido?! — le preguntó y ella a duras penas puede estar de pie.

Si piel está fría, sus ojos están rojos y sus pupilas dilatadas, olía a yerba, alcohol y muchas cosas más.

—¡¿Te haz metidos drogas, verdad?! — dije tomando su rostro con ambas manos.

Trata entrar a su departamento pero las llaves caen el piso y al agacharse ella cae también.

Trata de ponerse de pie pero no puede la tomé de las manos y la atraje hacia mi, tomé las llaves de su departamento y lo abrí.

Al estar adentro puede ver que era un asco, estaba sucio, envases de cerveza por todos lados.

Está no era la Athenea que yo conocía desde años y me sentía mal por que desde que ella llegó a Paris dejé de cuidarla.

La arrastre hasta su habitación y la lleve a la ducha.

—Quiero hablar con Fermín, quiero que me diga que todo lo que está en las redes sociales es falso — pide tratando de zafarse, la tomó con más fuerza pero ella se resiste así que pegó su espalda en mi pecho y la abrazó.

Ya no podia moverse, la tenía sujeta con bastante fuerza. Abro la regadera dejando que el agua fría nos empape.

Las fuerzas se le van acabando y poco a poco a mi también, cuando la aprisiono contra mi pecho recuesto la espalda en la pared y me deslizo con ella cayendo en el piso dejando que el agua nos siga empapando. Se aferra a mi brazo apretando los ojos con fuerza susurrando cosas que no podía entender.

Dime ¿Qué somos? | GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora