Capitulo #16

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Mientras transcurre el trabajo de Einar por recuperar el ojo de Odin y Nilsa permanece en el castillo de Jarl Ferguson a esperas de una oportunidad de usmear en el extenso lugar.

Y en Ifjoden un joven de contextura delgada pero musculosa, de tes blanca acaramelada como si hubiera sido tocada por fuertes rayos de sol, su cabello castaño antes corto y sus profundos ojos azules no pasan desapercibidos, aún continua trabajando en el toldo de alimentos cargando los pesados cestos con mercancía.

A lo lejos le mira una mujer le observa, bajo una capa azul cuya capucha cubre su rostro, llevaba unos minutos mirándolo con suma atención, cosa que el joven notó después de unos minutos y baja el pesado cesto de su hombro izquierdo y busca en cada rincón a aquella mujer, pero de un según a otro ella desaparece de aquella entrada de callejón desde donde lo había visto su mirada azulada se posa en todos los rincones del bazar que puede ver, pero cuando se resigna a que aquella figura se ha ido se dispone a volver a su trabajo cargando aquel cesto y ella aparece nuevamente, justo ante el, los ojos azul profundo de aquella hermosa mujer se clavan en el analizando su rostro delgado de pomulos notorios, su nariz perfecta y respingada y sus labios voluminosos, además de ser alto y delgado.

- Usted... ¿Quien es? - pregunta el joven mirándola directamente a los ojos.

- Mi nombre es Volvard... Y tú eres Ulfrigk ¿Cierto? - la respuesta de ella es directa, dejándolo sin palabras.

Un nudo se forma en la garganta del joven al escuchar aquel nombre, pero aclara su garganta dispuesto a negar su identidad, la voz grave de aquel hombre dueño del toldo de alimentos de cabellos canosos, estatura promedio y un notario bulto en todo su abdomen, lo llama para que siga con su labor, Ulfrigk le obedece sin rechistar pero Volvard le sujeta de un brazo para susurrar en su oído.

- Ven a la plaza a la media noche, te esperaré ahí, y más te vale que vayas por tu bien - le advierte antes de soltar su brazo.

Ulfrigk voltea su rostro para verla, pero en un abrir y cerrar de ojos, ella desaparece y el vuelve a terminar su labor.

Pasadas unas pocas horas llega la media noche, el hombre que es dueño del toldo duerme junto a su esposa de cabellos canosos y corpulenta como su marido, además de ofrecerle trabajo a Ulfrigk también le daban comida y techo, en una habitación pequeña pero acogedora en su hogar, eran amables aunque parecían estrictos y malhumorados.

Ulfrigk no pudo consiliar el sueño debido a las palabras que Volvard le había susurrado, así que toma su ropa y una capa para salir sigilosamente por la ventana de su habitación, a la media noche no hay nada más que hombres ebrios rondando o durmiendo en las calles, por lo que camina con la mirada en el suelo y evadiendo a todo el que encuentra, no tarda mucho en llegar al lugar que Volvard le había indicado y al no verla comienza a buscar con la mirada en cada rincón que su ojos azulados alcanzan.

Ella aparece ante el sin ningún sonido que avisará de su llegada, el la observa despojarse de la capucha que cubre su rostro, un rostro bello de forma ovalada con rasgos hermosos que complementan con sus orbes azulados, ella lo recorre con la mirada mientras el solo la observa con curiosidad.

- Dime... ¿Que es lo que quieres? - pregunta Ulfrigk sin cortesía alguna.

- Que descortés, sígueme... Te llevaré a un lugar más privado - le indica Volvard.

- ¿Eres una Volva o es solo tu nombre? - pregunta Ulfrigk de nuevo.

- Si, de las más poderosas, por cierto, entonces... ¿Va a seguirme o no? Su alteza - Volvard le da la espalda camina hacia un callejón.

Ulfrigk mira hacía los lados para asegurarse de que nadie lo sigue y camina más rápido para poder alcanzar a Volvard, ellos caminan por el callejón que lleva al bosque de pinos y espesa neblina en la que casi nada es visible.

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