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La frustración se acumulaba en mi pecho mientras reflexionaba sobre las últimas carreras. Desde Bahréin, mis resultados no habían sido los mejores: sin podios en Yeda, Melbourne ni Bakú. Me sentía molesta conmigo misma, buscando respuestas y formas de mejorar. Justo en medio de esta tormenta interna, el cumpleaños de Ollie se acercaba, y la perspectiva de celebrar en una discoteca por primera vez prometía ser una distracción bienvenida.


Estaba terminando de alistarme cuando Arthur y Estelle llegaron a recogerme. Arthur, siempre tan puntual y caballeroso, me esperaba en la puerta con una sonrisa.


-¡Lista para una noche inolvidable!- dijo Arthur con entusiasmo mientras me al coche


-Espero que esta noche ayude a despejarme un poco- respondí, tratando de dejar atrás las

 preocupaciones sobre las carreras

-Vas a ver que sí- añadió Estelle, dándome un apretón en la mano -Nos vamos a divertir muchísimo- 


La discoteca era un lugar impresionante, con luces brillantes y música vibrante que se podía sentir en el pecho. Arthur había reservado una sección VIP, lo que nos daba espacio para disfrutar sin sentirnos abrumados por la multitud.


-¡Feliz cumpleaños, Ollie!- gritamos todos al unísono al entrar. Ollie, con su característica sonrisa, nos recibió con abrazos y agradecimientos.


La pista de baile estaba en pleno apogeo, y cada vez que ponían reguetón, no podía resistirme, me lanzaba a la pista, moviéndome al ritmo de la música, sintiendo cómo la energía de la noche me envolvía, sintiendo la liberación de la tensión acumulada por las carreras.


En un momento, la música cambió a un ritmo más lento y sensual, y tomé un descanso, dirigiéndome a nuestra área VIP. Estaba sudada pero feliz, sintiendo que finalmente estaba dejando atrás el estrés


-¡Estás increíble!- me dijo Arthur, ofreciéndome una botella de agua


-Gracias, necesitaba esto- respondí, tomando un gran trago -¿Y ustedes, están disfrutando?-


-¡Claro que sí! Pero tú eres la estrella de la noche, todos están hablando de tus movimientos en la pista- dijo Estelle, riendo


-¿En serio?- pregunté, riendo también -Sólo estoy disfrutando la música-


Hacia el final de la noche, Arthur y Estelle me llevaron de regreso a casa. Estaba agotada pero feliz, sintiendo que había logrado dejar atrás un poco de la frustración


-Gracias por una noche increíble chicos y especialmente a ti Arty por traernos a mi casa- le dije cuando llegamos a mi casa


-Siempre para ustedes señoritas - dijo Arthur, dándonos un abrazo


Estelle y yo subimos  a mi departamento a dormir, a la mañana siguiente, me desperté con el sol filtrándose por las cortinas, Estelle ya estaba despierta, sentada en la cocina con una taza de café.

THAT SHOULD BE MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora