-Joven Saavedra, que gusto verlo nuevamente.- Dijo el profesor acercándose a este.
Este se dejó de esconder y lo observó fijamente. -El gusto es mío...- El profesor vio que tenía a otra persona alado suyo y le entró la curiosidad.
-¿Quién es tu amigo?- X tapó su cara con sus manos, no quería que lo vieran pues le causaba ansiedad y la razón de su enojo en la mañana era que descubrió las fotos que les tomaron a los dos y que si sabía su nombre todo este tiempo, cosa que nunca le dijo.
-Nadie importante y ya se me quitaron las ganas de aprender...- Se levantó agarrando a X de la mano para que se parara también.
-Si no quiere que lo haga correr la carrera de su vida nuevamente ignore nuestro reencuentro.- Estos dos se fueron corriendo y el profesor ni se molestó en perseguirlo era claro que no lo alcanzaría de todas formas.
Andrés se fue hasta la barda nuevamente y se la saltó, posteriormente su amigo la saltó y se fueron corriendo a una plaza cercana para comer algo y tomarse su café.
Llegaron a un restaurante, tomaron lugar y ordenaron mientras descansaban un poco. -¿Por qué siempre corremos?- Preguntó X con su respiración algo agitada.
-Tu me pegaste esa maña, haste tu solito esa pregunta.- Andrés sacó su celular y le sacó una foto a su amigo.
-¡Oye!- X se había ofendido mucho.
-Es solamente un recuerdo amigo mío, no te preocupes.- Andrés sonrió molestando a este.
-Voy a destruir tu celular cuando menos te lo esperes...- Andrés le dio su celular para que mejor lo eliminara el mismo.
-No muchas gracias, lo necesito.-
X eliminó su foto y se quedó revisándolo.-...¿Por qué?- Andrés no entendía nada de lo que hacía pero pues cada loco con su tema era su lema cuando de X se trataba.
-Es mejor que te lo revise a que te lo robe, ¿o no?- Andrés asintió con la cabeza y lo dejó hacer lo que quisiera, igual no tenía nada importante además de su dinero y eso no le importaba mucho.
Terminando de comer, pagaron y salieron a buscar una cafetería. -¿Puedo comprar cosas?- X seguía con el celular de Andrés y ante todo preguntaba.
-¿Supongo? Nada más no te obsesiones...- X asintió y siguió con el celular parecía niño chiquito, llegaron a una cafetería pero antes de pedir algo se sentaron un rato descansando.
-Tomar café es malo para la salud... ¿cómo?- Saavedra se quedó parado y lo volteó a ver confundido. -¿Qué estás viendo?- X se quedó viéndolo y reaccionó rápidamente.
-Ah... N-No es que tu novio te mando eso yo solo lo leí en voz alta...- Andrés vio sus alrededores y se espantó. Se levantó queriendo matar a alguien y X lo agarró del brazo para que no haga pendejadas.:
-Ahg... ¿le digo a tu novio que todo es producto de su imaginación y que tú estás en Buenos Aires?- Andrés se le quedó viendo con odio y le dijo. -Se supone que estoy en al escuela...- X soltó una pequeña risa.
-Estabas en la escuela ya no más.- Andrés se dio cuenta y se puso muy nervioso.
-Cálmate... parece que te vas a morir, anda mejor ya vámonos a casa no quiero que te de algo.- X se levantó guardando el celular de Andrés y posteriormente se lo llevó de la manita para guiarlo.
-Ya se que este tipo de cosas te molestan mucho pero agradecería que pusieras de tu parte Andrés...- Se salieron y se sentaron en una banca, este tapó su cara con sus manos y X volvió a sacar el celular tenía cosas que hacer.
ESTÁS LEYENDO
Shine a little of your light in my world of loneliness...
Romansa•No se que poner• Andrés, un joven de preparatoria con 18 años de edad, se estaba enfrentado a nuevos problemas, algunos eran, el dolor de cabeza, fatiga, preocupación y nervios, típicos síntomas de la acumulación de proyectos y mayormente tiene cul...