El campus era un caos, un torbellino de energía y emoción mientras los nuevos estudiantes se sumaban a la vida de los veteranos. La universidad estaba repleta de gente corriendo de un lado a otro: líderes de clubes reclutando nuevas almas, grupos de amigos reencontrándose después del verano, y un montón de estudiantes nuevos, confundidos y perdidos, deambulando con sus maletas en mano.
Tú no eras la excepción. Guiada por la lógica, caminabas lentamente hacia los espacios vacíos del jardín fronterizo, observando los rostros de los jóvenes a tu alrededor y preparándote mentalmente para armarte de valor y preguntar por direcciones como cualquier persona normal lo haría.
Tal vez era tu miedo a causar una mala impresión, a parecer extraña, lo que te hacía tropezar con las palabras cada vez que intentabas hablar. Varias personas te ignoraban cuando extendías el brazo en busca de ayuda, lo cual no ayudaba a calmar tus nervios.
Pero esta sería tu vida durante los próximos cuatro años, y estas serían las personas que verías todos los días. Suspiraste profundamente, decidida a intentarlo una vez más. Y otra vez.
¿Acaso todos eran así de arrogantes?
Bueno, al menos no era tan diferente de casa. Recordabas a tus compañeros de secundaria y cómo elegiste esta universidad específicamente para alejarte lo más posible de ellos. Un pequeño pueblo y adolescentes chismosos no eran la mejor combinación.
Necesitabas un nuevo comienzo, y lo necesitabas pronto. No había mejor lugar que la gran ciudad, donde podrías pasar tan desapercibida que la gente ni siquiera te ayude a encontrar los dormitorios.
Y hablando de dormitorios, en cuanto encontraras el camino exacto, encenderías un palo santo para limpiar esa energía de ahí. Tu compañero de habitación estaba por sufrir dolores de cabeza durante todo el semestre.
Ya estabas imaginando la decoración, aunque quizá esta noche la pasarías durmiendo fuera del campus, considerando tu situación. Seguías caminando lejos de la multitud ruidosa, y tal vez habías tomado las cosas con demasiada calma, eligiendo el camino largo. A pesar de disfrutar el silencio y la música en tus auriculares, te los quitaste al ver otro grupo cercano al que podrías acercarte.
Observaste la hoja en tus manos, con toda la información posible que habías recopilado para este semestre, y te aseguraste de leer bien el número de tu habitación. Luego, te dirigiste hacia los cinco chicos que conversaban a lo lejos. Tres de ellos estaban sentados en una banca, riendo y hablando en voz alta. Parecía que conocían bien la universidad, así que no dudaste mucho.
— Disculpen, — inmediatamente te arrepentiste de hablar, porque absolutamente todo el grupo detuvo lo que estaba haciendo para mirarte. Sonreíste tímidamente, sacudiendo la cabeza para devolver la información a tu cerebro. — Estoy buscando este edificio. Los dormitorios. ¿Saben dónde están...?
Acercaste la hoja hacia ellos, y el chico más cercano no tardó en tomarla de tus manos para leer mejor su contenido, luego se la mostró al resto. Aguardaste pacientemente por una respuesta, observando las reacciones de cada uno mientras esperabas. Finalmente, todos se miraron entre sí.
ESTÁS LEYENDO
RUSH 進撃
Fanfic©⠀⠀⠀ 興奮 ⠀⠀⠀ finalmente estás en la universidad, y aunque tu enfoque principal siempre fueron tus estudios, te ves inesperadamente envuelta en una excitante propuesta con unos chicos de segundo año, que tienen una dinámica de relación un tanto extrav...