Ha pasado una semana desde lo sucedido con el señor John.
Cuando desperté esa mañana, Had llego a casa y le conté todo a él y a Liam, dijeron que lo que dije fue bueno.
Desde entonces no he visto a Had, y el señor John no me a vuelto a tocar.
En las cenas nos vemos, solo me dice que me siente y que coma, luego se levanta, se va a su habitación y no vuelve a hablarme.
Ha sido una semana de paz para mi y para mi cuerpo. Quiero que dure más. Las heridas de mi cuerpo ya no duelen tanto, ya estoy un poco mejor, claro que aún se ven mal, pero casi ya no duelen al dormir.
Ahora me encuentro con Liam en el patio, estamos sentados en el césped mientras hablamos de cosas triviales, es mi única compañía y me agrada que sea así.
Cuando estábamos hablando de la cosa más interesante suena el teléfono de Liam. Ambos volteamos a vernos y sabemos quién es.
—¿Sí? —contesta Liam —Si, señor —cuelga la llamada y guarda su teléfono.
—¿Qué pasa? —le pregunto y el voltea hacia mi preocupado.
—Hunter ya viene para acá y quiere que estés lista —me informa.
—¿Lista? ¿Lista para qué? —pregunto mientras Liam se pone de pie.
—Para ir de compras —me explica y me extiende su mano, yo la acepto y me ayuda a ponerme de pie —Vamos.
Nos vamos dentro de la casa, subo a mi habitación y busco algo de ropa, algo que no revele tanto mi cuerpo o mis heridas.
Cuando ya solo falta ponerme la blusa alguien abre la puerta de la habitació, me doy la vuelta y es el señor John. Yo me quedo en mi lugar con el ruido de mi corazón en mis oídos.
Se acerca a mi y yo retrocedo un poco.
Cuando esta frente a mi, toca mi abdomen. Donde tengo aún una marca de su cinturón. Acaricia la herida con la yema de sus dedos.
—Perdón —escucho que sale de sus labios y me sorprendo —, perdóname por lo que te hice, yo no sabia. Si me lo hubieses dicho antes, nada de esto hubiera pasado. Soy un idiota.
Si, un gran idiota.
Solo me quedo callada viéndolo y luego siento cuando me abraza, me presiona contra su pecho mis brazos solo cuelgan, si cercanía me provoca pánico, siento que en cualquier momento me atacará. Luego de unos segundos se separa de mi.
—Iremos a comprarte un vestido —lo miro con duda ¿un vestido? ¿Para qué un vestido? —. Hoy tendremos una cena con mis amigos, espero te comportes muy bien —sale de la habitación, no sin antes darme un beso corto en los labios y lo que me parece fue una sonrisa.
Ésta podría ser mi oportunidad de intentar escapar, puedo correr, aún me duelen un poco las piernas, pero puedo correr. Hablarle a alguien en silencio. Si, si, eso será lo mejor, pedir ayuda a alguien en silencio o decirle a Liam que me ayude. Yo que sé, lo que sea es mejor que estar aquí.
Termino de cambiarme, bajo al primer piso y ahí está el señor John esperándome de pie.
—Antes de salir, tenemos que dejar en claro algunas cosas —dice como si tratase de explicarle a un niño de cinco o seis años —. Número uno: iras conmigo en todo momento. Número dos: ni se te ocurra correr por que saldrás perdiendo. Número tres: no hablarás con nadie que no sea yo. La tres es para la cena y para ir ahora de compras. Y número cuatro: lo que sea que estés pensando hacer, es mejor que no lo hagas si no quieres otra herida en tu abdomen más grande ¿Entendiste? —deja en claro con clara amenaza.
—Si —le respondo.
—Muy bien, entonces vamos. —camina unos pasos y luego voltea hacia mi —. Ha, y otra cosa. En la cena diremos que eres mi prometida —saca de su saco una cajita y se acerca a mi —. Dame tu mano —yo le extiendo mi mano y de la cajita saca un anillo precioso que tiene un diamante gigante encima y que alrededor está cubierto de pequeños diamantes. Brilla mucho —. Ahora eres mi prometida ¿Entendiste?
—Si —le digo sin ganas.
—Muy bien, ahora vámonos —salimos y luego nos subimos al coche, donde nos espera Liam.
Nos ponemos en marcha y después de un rato llegamos a un centro comercial. Bajamos y entramos.
Vamos a una de las tiendas y miramos los vestidos pero al parecer al señor John ninguno le agrada, así que nos vamos a la que sigue.
Ya llevamos bolsas de ropa, he escogido algo de ropa que no sea como las que están en esa casa.
Esta es la séptima tienda a la que vamos y yo ya estoy cansada de tanto probarme muchos vestidos y al señor John ninguno le gusta.
Hace un rato una señorita de una de las tiendas de me acerco y dijo "¿Qué le parece este?" Y el señor John me pellizco en la cintura, justo en una de mis heridas, dolió pero intenté no hacer ningún gesto y le sonreí a la señorita y dije "Si" ella me vio extraño, luego vio al señor John y mejor se fue, tal ves mi pequeña oportunidad se fue, no he podido hablar con nadie, no me ha dejado ni haberle a Liam.
Me tiene agarrada de la mano, he intentado soltarme pero me sujeta con más fuerza hasta llegar a doler. Hasta sentir que me puede quebrar los dedos en cualquier momento.
Estamos caminando viendo casi los últimos vestidos de esta tienda hasta que me quedo quieta y el señor John me mira con duda, luego mira hacia donde yo estoy viendo.
—¿Te gusta? —pregunta.
—Si, está bonito —respondo viendo el vestido.
—Pruebatelo —voltea hacia donde está una señorita y la llama —. Dele ese vestido a mi mujer para que se lo pruebe —le ordena a la señorita.
—Si, señor —responde la señorita algo intimidada.
La señorita me da el visto y yo entro a probarmelo.
Cuando me lo pongo me miro al espejo y me veo...
Bonita.
Es de color negro y a un lado desde la cintura para abajo tiene una abertura que por dentro tiene una tela bonita de un rosa pastel, la abertura tiene una ondulación. Es de escote, sin tirantes pero sin llegar a mostrar lo de la clavícula para abajo, por encima tiene tela negra del mismo color del vestido que rodea la parte donde está el escote. Se pega desde los pechos hasta el abdomen y para abajo se va suelto, no tan exagerado, pero no es pegado al cuerpo. La tela negra es lisa mientras que la de adentro rosa pastel que se deja ver gracias a la abertura tiene brillitos.
Cuando salgo el señor John me mira y se queda sorprendido.
—Te ves hermosa —susurra —. Está decidido. Ese sera el vestido con el que te voy a presumir esta noche —vuelvo al vestidor, me cambio y nos dirigimos hacia la casa.
Me hubiese gustado tanto escapar, pero recordé las palabras de Had. El señor Hunter me buscaría hasta por debajo de las piedras.
Lo mejor es estar tranquila y confiar en Had y Liam.
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Mi pequeña, Zoo.
De Todo¡No se dejen llevar por el título! Zoo, solo desea ser feliz... ¿Cómo vuelves a se feliz después de que te lo arrebatan aún siendo tan pequeña?... tienes que crecer sola o solo, tal y como Zoo creció... para luego encontrarse con un monstruo. ^^^^...