El aroma de una presa

Capítulo 36

El peliverde comenzó a despertar, sentía un calor particularmente agradable, se removió acurrucándose más, y sintió algo pesado rodeándolo

El omega abrió los ojos somnoliento, le costó unos segundos darse cuenta de la situación. Katsuki estaba en su cama, y no solo eso, sino que ambos estaban acurrucados mientras el brazo del alfa rodeaba el cuerpo del pecoso. Izuku exploto de la vergüenza, levantó lentamente la cabeza para toparse con el rostro dormido del cenizo, nuevamente se sonrojó a más no poder

El peliverde se escabullo con cuidado de no despertar al cenizo, y se sentó sobre la cama, su corazón comenzó a latir como loco, recordando lo que había sucedido ayer

[Yo...nunca te dije que estaba enamorado de ti y la verdad es que...te amo izuku]

Un sonrojo adorno el rostro del pecoso. En verdad no lo podía creer. Bakugou realmente había cambiado....por el

Después de aquello, izuku estaba tan feliz que no sabía qué hacer con todas esas emociones desbordándose, lloro como un niño en el hombro de bakugou y se mantuvieron de esa forma durante un buen rato, izuku se desahogo y katsuki se relajó después de su ataque de pánico, por lo que ambos se sentían completamente agotados y ninguno quería separarse de otro, alfa y omega habían creado una nueva conexión.
Sin darse cuenta acabaron por dormirse en su cama, y el cenizo no regreso a su habitación, negándose a soltar al pecoso en toda la noche

Deku regreso su vista hacia el alfa que dormía plácidamente, aquello era como un sueño. Al menos no todo estaba perdido, quizás no podría continuar siendo un héroe, pero en el camino encontró amigos de verdad, logró superar sus límites, se deshizo de fantasmas de su pasado y ahora podría permanecer al lado de la persona que más admiraba y amaba

Izuku sonrió, no quería que aquel momento con kacchan terminara, el pecoso se recostó nuevamente al lado del alfa, decidió dormir un poco más, cerró sus ojos dejándose llevar por el calor que emanaba el cuerpo del contrario

Bakugo abrió los ojos, no sabía qué hora era, pero al ver la luz del sol iluminando toda la habitación, se dió cuenta de que seguramente ya no era tan temprano

Katsuki sintió un olor muy agradable, distinguió los alborotados cabellos verdes de deku, hundió su rostro en la cabellera del omega aspirando su aroma, su pecho se sentía ligero, finalmente se deshacía de aquel enorme peso que cargo consigo durante años. Katsuki se levantó cuidadosamente y se sentó en la orilla de la cama, observo el rostro del peliverde

El cenizo llevo una mano hacia el pecoso, recorriendo su cuello hasta llegar a su mejilla apretándola levemente, deku dejo salir un pequeño quejido, katsuki centro su atención en sus labios entre abiertos, se acercó hasta sentir la respiración calmada del contrario, su mirada viajo hasta los ojos cerrados de izuku y aquellas largas pestañas, no parecía que el pecoso estuviera por despertar, así que el explosivo deposito un casto beso en los labios del chico

El peliverde se removió y abrió lentamente los ojos para encontrarse con el cenizo viéndolo fijamente

- Kacchan - el omega se sentó sobre la cama mientras se talla un ojo adormilado - ¿Qué hora es?

- No te preocupes por eso, el profesor aizawa menciono, que las clases se cancelarían hoy - bakugou revolvió el cabello del menor, deku se sonrojo, kacchan estaba extrañamente muy amable - ¿Qué sucede?

- Nada es solo que.... - el pecoso se detuvo al escuchar golpes en la puerta

- Joven Midoriya, ¿estas despierto? - dijo all might

Izuku se sobresalto, miró alarmado al cenizo, sería extraño que all might encontrara al alfa en su habitación tan temprano por la mañana y aún más después de lo ocurrido ayer