LONG LIVE ๑ WINRINA OS

jiminjeong yuri

Las cuatro hemos estado juntas desde nacimiento, o bueno, algo así. Nuestras madres han sido amigas desde el comienzo de su juventud, inseparables y únicas con una amistad demasiado fuerte como para llegar a planear el nacimiento en conjunto de sus bebés. Jimin y Aeri unnie fueron las primeras ya que la tía Joohyun y la tía Krystal eran las mayores del grupo, entonces al siguiente año llegamos Minjeong y yo, el equivalente a la tía Yerim y Jennie, mi madre. 

 Pero aun así, hemos estado juntas desde siempre. Cuando mi madre estaba en el creciente desarrollo de su embarazo y la madre de Minjeong estaba en el tercer trimestre nos presentaron formalmente con una Jimin y Aeri de ocho y cuatro meses durante navidad. Hay muchas fotos de ese momento, Jimin unnie estaba sostenida entre las manos de la tía Joohyun vestida con su pijama azul y con su cabello largo y revuelto. Recuerdo lo emocionada que estaba la tía contando esa historia porque fue la primera vez que Jimin unnie habló.

—Mira, Jiminnie. Esta de aquí es tu nueva amiga Minjeongie —Joohyun extiende la diminuta palma hacia el pequeño bulto en el abdomen de su amiga más joven, un pequeño golpe desde el interior se siente ante el tacto—. Sigue siendo un bebé pero pronto podrás jugar con ella.

—Aegi —dice llevándose los dedos a la boca, ignorante de todos los rostros sorprendidos en la sala de estar.

Jimin unnie fue la más rápida en decir su primera palabra, pero Minjeong fue la que menos tardó en nacer. Se suponía que ambas naceríamos con cuatro meses de diferencia, pero no pasaron muchos días después de aquella escena en navidad cuando la tía Yeri entró en parto prematuro. Debido a un problema en el cuello uterino el útero se abrió demasiado, por lo que Minjeong nació con treinta y dos semanas; poco más de siete meses. Por supuesto, también hay fotos de aquel momento, pero no tantas como del nacimiento de nuestras unnies y el mío. Como Minjeongie era demasiado pequeña no podía ser capaz de comer, respirar y mantener el calor por sí misma, tuvo que vivir un tiempo dentro de la incubadora para recibir monitoreo y soporte intensivo, estuvo conectada a ventiladores y tuvo que alimentarse vía intravenosa. Minjeongie fue muy fuerte. Sus padres estaban demasiado preocupados y los nuestros también, pero una vez que pasó todo y ella finalmente pudo regresar fue que las cosas fueron tomadas con humor. Solían decir que Minjeong estaba demasiado entusiasmada por conocer el mundo, especialmente a su pequeña amiga, ya que fue la única persona más allá de sus padres a la que reaccionó con patadas ante su tacto.

Todas somos muy unidas, como si estuviéramos pegadas con pegamento, pero esas dos en especial son un caso serio. 

Cuando Minjeong y yo comenzamos el jardín de infantes ellas ya iban un año por encima de nosotras pero como nuestros horarios tanto de entrada, salida y recesos eran los mismos nuestras madres decidieron turnarse para recogernos y llevarnos juntas como si fuéramos un pequeño bus escolar. En nuestro primer día la tía Yeri decidió liderar el camino entusiasmada por este evento tan importante, también diría unas palabras que marcarían nuestros días para siempre.

—Jiminnie y Aerinnie son mayores y más fuertes, también inteligentes y muy buenas niñas ¿no es cierto? —ambas asintieron con mucho entusiasmo, sólo tenían tres años pero estaban cargadas de energía—. Entonces sabrán cuidar bien de estas dos bebés, como unnies es responsabilidad de ustedes proteger a las más pequeñas.

—Cuidar a aegi —dijeron ambas al mismo tiempo. Tenían sus manos entrelazadas con las de las más pequeñas, quienes ya sabían caminar pero con algo de torpeza. Con su otra mano libre dieron un saludo sobre su frente que les enseñó el padre de Jimin como teniente de la marina.

En el futuro Jimin y Aeri unnie sacaron la licencia de conducir al mismo tiempo así que era momento de ellas para turnarse y llevarnos a todas a clase, cuando le sugerí a Minjeong la idea de hacer lo mismo ella solo respondió: —Para qué hacerlo si ellas nos llevarán hacia donde nosotras queramos con solo pedirlo. Y bueno, tiene razón, nuestras unnies siempre nos han malcriado.