A Draven nunca le han ocultado quienes son sus verdaderos padres. Tampoco tiene un trauma con saber que es adoptado y tampoco le hacen algún tipo de discriminación en su familia por no ser un Black biológicamente. Estaba la opción de adopción de sangre, pero Draven se negó. Estaba orgulloso de ser hijo de cuatro padres y su padrino Sirius estaba más que feliz por su decisión.
Cuando Draven iba a cumplir 13 años, antes de que acabara su segundo año en Hogwarts (que hasta ahora le ha parecido la experiencia más aburrida). Se interesó por sus padres biológicos después de que varios compañeros le recordaran cada cierto tiempo su gran parecido físico con su padre y los bonitos ojos que había heredado de su madre. De hecho, quienes sabían quiénes eran sus verdaderos padres, comparaban algunas actitudes de Draven con James. Años antes no se había interesado por nada de eso, pues no le parecía importante. Pero ahora tiene curiosidad por sus verdaderos padres, para angustia de su madre, quien desde que Draven comenzó con su crecimiento como adolescente vivía con el miedo constante de que el niño descubriera la verdad de la muerte de sus padres biológicos y se alejara de ellos.
Cosa que pasó más adelante, pero ahora no va al caso.
El castillo de Hogwarts seguía en su rutina de clases y hechizos, pero Draven no podía dejar de pensar en la conversación que había tenido con sus compañeros. A pesar de que siempre había estado orgulloso de su familia adoptiva, ahora sentía una nueva oleada de curiosidad sobre sus verdaderos padres. La forma en que sus amigos comparaban su apariencia y sus gestos con los de James Potter había encendido una chispa en él. Estaba decidido a averiguar más, aunque eso significara enfrentarse a sus propios miedos y las preocupaciones de su madre.
Era un jueves por la tarde cuando, después de una aburrida clase de Historia de la Magia, Draven decidió tomar el toro por las astas. Se dirigió a la sala común de Hufflepuff, buscando un rincón tranquilo para pensar. La sala estaba casi vacía, salvo por un par de compañeros de casa que estaban inmersos en sus libros. Draven se sentó en un sofá cerca de la ventana, observando cómo la lluvia caía sin cesar.
Sirius estaba de viaje por otro continente, lo que dejaba a Draven con la opción menos ideal: Su tio Severus o su tio Remus. Mientras pensaba en la situación, la mente de Draven se dirigió hacia Severus. Aunque había tenido sus roces con él, especialmente durante sus años anteriores, sabía que Severus era alguien en quien podía confiar. La otra opción, Remus, era aún más complicada. Aunque lo respetaba y le tenía cariño, Draven no estaba seguro de si Remus se sentiría cómodo con la conversación. Además, la tristeza de Remus por la pérdida de sus propios amigos podría hacerlo sentir incómodo.
Finalmente, decidió que hablar con Severus sería el primer paso. Al día siguiente, mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts, Draven encontró a Severus en la biblioteca. El profesor estaba revisando unos pergaminos, completamente absorto en su trabajo.
—Tío Snape —llamó Draven, intentando sonar lo más formal posible, aunque la nerviosidad se notaba en su voz—. ¿Puedo hablar con usted un momento?
Severus levantó la vista de sus papeles y lo miró con una ceja levantada, su mirada calculadora.
—¿Qué es lo que quieres, Draven?
—Es sobre mis padres biológicos —empezó Draven, sintiendo que sus palabras se atoraban en su garganta—. Quiero saber más sobre ellos. He estado pensando mucho en ello últimamente.
Severus lo observó en silencio durante un momento. Parecía evaluar si debía o no escuchar a Draven. Finalmente, asintió lentamente.
—Ven a mi oficina después de las clases. Hablaremos allí.
Mas tarde, despues de clases. Draven estaba nervioso mientras cruzaba el umbral de la oficina de su tío Severus. El sol de la tarde filtraba un resplandor dorado a través de las ventanas, que apenas iluminaba los rincones oscuros del despacho. Severus estaba en su escritorio, revisando algunos pergaminos cuando levantó la vista al escuchar el toque en la puerta.
— Entra — dijo Severus con su voz característica.
Draven se adentró con pasos vacilantes, y al ver a su tío, se sintió un poco más tranquilo, aunque la inquietud seguía en su pecho. Severus hizo un gesto para que se sentara y esperó a que el chico comenzara.
— Tío Severus — empezó Draven, tratando de sonar lo más seguro posible. — Quería... saber más sobre mis padres biológicos.
Severus se inclinó en su silla, observando a Draven con una mezcla de curiosidad y desgano. Sabía que tarde o temprano este momento llegaría, y lo prefería ahora que más tarde.
— ¿Qué es exactamente lo que quieres saber? — preguntó Severus, aunque su tono no era tan frío como de costumbre.
— Pues, no sé... solo... quiénes eran realmente. Cómo eran.
Severus suspiró y se recostó en su silla. Sabía que el muchacho tenía derecho a conocer su historia, aunque no era algo que le gustara recordar.
— Bueno — comenzó, — tu padre, James, y yo no nos llevábamos muy bien al principio. Era un... — Severus hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. — Un tipo difícil, bastante arrogante. Pero, en los últimos meses antes de su muerte, comenzamos a llevarnos mejor. Supongo que fue porque necesitábamos dejar atrás las viejas rencillas. También, James... te ayudó a conquistar a Sirius. Fue algo así como una tregua en medio de la tormenta.
Draven frunció el ceño, sorprendido por la revelación.
— ¿James ayudó a conquistar a Sirius? ¿Pero cómo?
Severus asintió, su expresión se suavizó un poco.
— Sí, en realidad, sí. En ese tiempo, había mucho en juego, y a pesar de nuestras diferencias, James hizo un esfuerzo por ayudarme. Era... su manera de mostrar que estaba dispuesto a dejar el pasado atrás. No sé si alguna vez lo entendí del todo, pero funcionó. Y, por cierto, James no era una persona mala, solo... complicada.
Draven estaba en shock, su mente se llenaba de imágenes contradictorias: su padre como un joven arrogante, pero también como alguien que ayudó a Severus, que tenía una especie de redención en sus últimos meses.
— Y mi madre... — preguntó, la voz temblándole. — ¿Qué puedes decirme sobre ella?
Severus se recargó en el escritorio, mirando hacia el vacío.
— Lily... Lily era diferente. Era amable, siempre preocupada por los demás. James tenía sus defectos, pero Lily tenía una paciencia que pocos comprendían. Ella fue una gran persona, y eso lo cambió todo.
Draven se quedó en silencio, asimilando las palabras de su tío. No sabía si sentirse aliviado o más confundido. Quería saber más, pero también tenía miedo de lo que podría descubrir.
— Gracias, tío Severus — dijo finalmente, con un susurro.
Severus asintió, su rostro mostraba una mezcla de emociones que raramente dejaba ver.
— Si alguna vez necesitas hablar más sobre esto, sabes dónde encontrarme.
Draven sonrió débilmente y se levantó para salir, sintiendo una especie de cierre y apertura a la vez. Salió de la oficina con una nueva perspectiva sobre sus padres biológicos, pero con más preguntas que respuestas. Siente en algún punto que muchos le mienten, pero decide dejarlo pasar por ahora porque su novio le espera.
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El hijo de mamá [Harco]
FanficDonde Lily y James Potter mueren y Bellatrix Lastrenge se queda con Harry.