Ante una multitud le he rogado a los dioses una oportunidad de salvarlo, mientras mi cuerpo incineraban mis plegarias fueron escuchadas y una y otra vez renaceré hasta lograr mi cometido para ver la alegría de sus ojos.
Despues de un par de días de su estadía en King's Landing se le había dado la noticia a Daelys de que la princesa Rhaenyra llegaría, oficialmente, en un par de horas, entusiasmada ayudó a Helaena a arreglar sus cabellos y elegir su ropa, Gangjeon halagaba a ambas princesas por sus vestuarios y peinados ganándose risitas y manotazos como respuesta. Helaena le había pedido a Gangjeon despojarse de su armadura para darle ropa más ligera y acorde a la ocasión, ambas muchachas rieron emocionadas por la respuesta positiva del varón, ordenaron traer ropa con las medidas correctas de Gangjeon y lo vistieron y desvistieron hasta estar de acuerdo con la vestimenta que le ponían, el rostro del chico se ponía roja cada que las féminas halagaban su anatomía y peor se ponía cuando no mostraban rastro de vergüenza al ver su figura semidesnuda, para cuando ya habían estado satisfechas con el conjunto de ropa que portaba el pelinegro Rhaenyra ya se encontraba en los pasillos del castillo. Las nodrizas de los hijos de Helaena le dieron aviso de que era hora de recibirlos en el gran salón, con emoción y alivió los tres se encaminaron a dicho salón yendo las 2 princesas enfrente y el guardia atrás resguardandolas.
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La tensión en el ambiente era demasiado para la peliplata, suspiraba con terror recibiendo palabras reconfortantes de su guardia, cómo era de esperarse el nombre Gangjeon estaba en la boca de todos; primero hablaba alto valyrio, luego tenía la osadía de desvestirse frente a las princesas más queridas y protegidas por el rey y su primogénito varón Aegon y para cerrar ya no portaba su armadura sino ropa que parecía de la realeza, sin duda alguna era objeto para nuevos rumores del castillo. Helaena le sonreía tímidamente del otro lado del salón, hablaban por señas que habían "inventado" en su infancia para poder comunicarse sin que los adultos y los varones infantes de la familia les entendieran, reían ahogadamente al criticar a los demás del salón ganándose malas miradas por los presentes, si bien Helaena ya era conocida como la princesa loca del rey Viserys, esperaban un poco de cordura y sensatez por parte del vástago dorado del príncipe canalla.
Después de minutos de puro bullicio la basofia verde, que tenía por titulo Mano del Rey empezó a callar a todos haciendo que Rhaenyra tomara la mano de Lucerys, Daelys, quien ya se encontraba junto a su padre, giró a ver al castaño quien, a su parecer, parecía estar a nada de mojar sus pantalones por los nervios.
- No temas Lucerys, tu madre hará lo necesario para proteger lo que es tuyo por derecho y yo haré lo mismo. ㅡ El menor le sonrió agradecido, por su parte Jacaerys no pudo evitar rodar sus ojos.
- ¿También me protegeras, tía? ㅡ Daelys rió enternecida, jamás se cansaría de escuchar el acento valyrio que portaba el muchacho.
- Con uñas y dientes, no le digas a nadie pero de todos, tú eres mi favorito.
Las pequeñas risas de la familia fueron abruptamente interrumpidas por la voz de Otto Hightower.
