Capitulo 2. Rhaenyra, la cruel

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Desde hacía meses habia deseado volver a ver al príncipe Aemond para que pueda volver a contratarme para un trabajo; sin embargo, las circunstancias no son las deseables y tengo que caminar más rápido para no  gritar de impotencia ante el asesinato de un niño inocente

El principe Jaehaerys solo tenía seis años

- El bastardo debe de haber huido por aquí- sentencia el principe Aemond cuando nos encontramos en los túneles que conectan las habitaciones y salones del palacio

- Siento su perdida, mi príncipe- murmuro y él voltea sorprendido hacia mi- Cuando murió mi hermano Vaegon no tuve a nadie para dedicarme el pésame

- No quiero tu lastima, muchacha- responde tajante y seguimos caminando- Cuando me ofreciste tu ayuda y robaste los caballos no quería que me des un discurso lastimero, sino que encuentres al asesino del herdero al trono

- Solo quería...- pero me detengo al ver sangre en el piso y alumbro la antorcha hacia el suelo para dar un grito al ver una cabeza de un infante de cabellos blancos- Mi príncipe, mire

El parece tan perturbado como yo y entonces escuchamos unos pasos más veloces acercarse y vuelvo a alumbrar el pasillo. Hay un tipo sosteniendo un saco cubierto de sangre y parece desorientado, no hay dudas que ese es el asesino

- No hice nada- grita el hombre de aproximadamente treinta años al vernos y se da la vuelta pero yo saco mi cuchillo más pequeño rápidamente de mi manga de camisa para lanzarselo en el tobillo- Ahhhh

- Todo suyo, principe- digo y el principe tuerto saca su espada de su cintura para avanzar hacia el hombre, quien intenta huir pese al dolor pero el de cabellos plateados lo patea hasta tumbarlo al suelo, apretando presión con su pie sobre su pecho lo que lo hace gritar

- ¿Qué voy a hacer contigo?- pregunta el principe y comienza a hacer un corte superficial en el rostro del hombre, lo cual lo hace gritar- Es un capa dorada, ayudame a llevarlo a una celda- me mira y yo asiento

Sin embargo; veo con perturbación la cabeza del principe Jaehaerys y un saco de tela marrón está al lado del hombre, quien confiesa que le cercenó la cabeza pero no actuó solo y lo obligó a poner la cabeza en el saco otra vez utilizando mi cuchillo en su cuello

- Porfavor, déjenme ir- dice el hombre cuando el principe Aemond lo obliga a caminar y grita de dolor cada vez que pisa con el pie en qué lo lastime

Y me encuentro compartiendo una media sonrisa con Aemond Targaryen cuando el hombre se cae sobre el mismo, así que lo pateó para que continúe en el camino de vuelta al palacio.

- ¿Quien es el otro hombre?- pregunta el principe tomándolo de los cabellos y azota su cabeza contra el suelo haciéndolo gritar de dolor- ¿Quien te mando?

- Nooo...no puedo decirlo- dice el hombre y pateo su cara con fuerza con la imagen de la cabeza del principe Jaehaerys aún en mi mente

La que está en el saco

- Diles o...- y saco dos de mis cuchillos de mis botas- ¿Sabes por que las mujeres somos muy subestimadas con las armas que nunca nos enseñan nada?- y el principe Aemond lo hace recostarse en el suelo mientras me siento a horcajadas en la panza de ese capa dorada- Los hombres nos tienen miedo porque somos demasiado hábiles, y conocemos todos los secretos de sus cuerpos...como causarles el mayor dolor- y desgarro la piel de su pecho- Sin llegar a matarlos...- y me levanto para jugar con mi cuchillo- Si no habla ahora, puedo torturarlo junto al principe Aemond sin llegar a matarlo jamas pero vivira con grandes dolores...- y el hombre me interrumpe

- Fui...fui contratado por Daemon Targaryen- dice el hombre y siento una punzada de dolor e mi interior

Ese hombre es mi padre

El fin de la Danza || Aemond Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora