★ "Los sentimientos te hacen humano, pero tambien debil..." ★
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☆ ▪︎- " donde Richard no puede evitar seguir a la extraña chica que conoció por accidente, creando sentimientos hacia ella
o...
donde Alina tendrá que...
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Capítulo 02 Sueños. —
Alina.
El sonido del seguro al ser liberado detiene cualquier intento de movimiento del hombre castaño. Alza las manos levemente, sus ojos no se apartan de los míos cuando llevo el dedo al gatillo.
Las manos me cosquillean y la cabeza comienza a dolerme ante la precion a los costados.
—¿Que diablos haces en mi casa? — ladro, mantengo los pies firmemente plantados, lista para responder a un posible ataque.
No se inmuta ante la amenaza.
—No quiero hacerte daño.
—No tendrías oportunidad de hacerlo. Asi que contesta. — gruño y el asiente con lentitud
—Puedo ayudarte.
—¿Tu a mi? — me burlo y mantiene la expresión seria — No se que carajos quieres, pero más vale que te larges — doy un paso, el cañón le queda entre las cejas
—Te he observado.
Frunzo el ceño, sintiéndome confundida de un momento a otro.
—En las noches, sales y cazas a las cabecillas de las pequeñas pandillas. — la realidad me golpea dándome la respuesta a la inexplicable sensación de ser observada.
—Me has estado siguiendo.
No habla y pareciera que comprende el mal uso de palabras. Dejó de lado el arma, bajándola.
Se acerca un poco y nisiquiera lo pienso mucho, golpeo su sien con el mango de la pistola. Tropieza, tiene resistencia, gira tomando mi brazo y coloco mi mano en su frente sintiendo el conocido ardor en los ojos, se estremece cayendo de rodillas sobre el suelo de madera.
Aprovecho su aturdimiento, rebusco en sus cosas y saco la billetera, el celular se ilumina y lo dejo a un lado cuando la tarjeta en su bolsillo llama mi atención. Se me tensa hasta el último músculo.
Leo y releo el nombre asegurándome de que no este equivocada.
《 Una suerte que tengo. 》
Tanta que tengo al maldito hijo de el enmascarado de Gotham en mi departamento.
Mi cabeza va de un lado a otro, buscando salidas. Podría irme, no hay nada de importancia en este lugar.
Dejo todo cuando escucho el apenas audible gruñido a mi espalda. Abre los ojos, mira a su alrededor hasta sar conmigo. Trata de hablar pero lo hago primero.
—¿Que es lo que realmente quieres?
—Ya lo dije.
Niego, me pongo de pie y el observa mis movimientos.
— Se quien eres. —aclara, deteniendome.
—¿A si?¿Estas seguro de eso, Grayson? — sonrió, jugando. — Planeas que me una a tu grupo, tu equipo. ¿Como se hacían llamar? ¿Titans? — me burlo, sin embargo, su exprecion sería no cambia, así que vuelvo a hablar.
—Lamento que hayas tenido que molestarte tanto estas semanas en las que has estado siguiendome, observándome y vigilandome.— señaló y el se remueve, incómodo — Porque no pienso ir contigo. — tiro sus cosas sobre la isla que nos separa en el centro de la cocina.
Miro las paredes mientras el toma sus cosas. El cuerpo me cosquillea con una sensación incomoda.
—Podemos ayudarte.
—Son niños. — corto de inmediato —Todos y cada uno de ustedes. No pasas de 25 años, Richard. — relame sus labios, molesto de la interrupción
— ¿Seguirás ocultandote? ¿huyendo? Te estoy ofreciendo seguridad en muchos aspectos.
—Huir me a mantenido con vida.
El silencio nos envuelve y siento su mirada en todo momento.
—Necesito tu ayuda.
Bufo, nada sorprendida por sus palabras. Cruzo los brazos sobre mi pecho, centrando mis ojos en los contrarios.
— Te di dos oportunidades de que hablaras.
Me ignora, se inclina acercando su rostro al mío y observo cada gesto y movimiento cuando vuelve a hablar soltando las palabras que me dejan completamente paralizada en mi lugar.
—¿Ya la soñaste?
Me enderezo. Las manos se me hacen puños, aprieto con fuerza sintiendo como las uñas abren paso en la piel, porque se bien la respuesta.
Llevo meses, día tras día con la imagen de una niña, con los ojos color carbon llorando lágrimas saladas completamente oscuras, pidiéndo ayuda con desespero. Llamándome.
—Ella te a visto y necesita tu ayuda. Con urgencia. — remarca las últimas palabras.
El pecho me sube cuando respiro con profundidad, miro mis manos adornadas por anillos antes de volver al hombre frente a mi.
