my girl only breaks her favorite toys. - [1]

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My boy only breaks his favorite toys - Taylor Swift. 

« Once I fix me, she's gonna miss me »

─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

Betty soltó un suspiro profundo, el tipo de suspiro que solo una persona profundamente enamorada puede exhalar. Observó las rosas rojas que descansaban delicadamente sobre su escritorio, sus pétalos suaves y perfumados parecían reflejar el color de sus propios sentimientos. La tarjeta, con su caligrafía familiar y sus palabras dulces y sinceras, yacía al lado de las flores, como un testimonio tangible del amor que compartían.

No era la primera vez que recibía gestos tan románticos, sin embargo, el efecto en su corazón era igual de poderoso. Sentía cómo su pecho se llenaba de emociones tumultuosas; su corazón latía con una intensidad que parecía desbordarse, como si quisiera escapar de su pecho y fundirse con el de su amada.

Anoche había sido más que especial. Habían compartido una noche mágica, entregándose por completo la una a la otra, no solo en alma, sino también en cuerpo. Era el paso que habían estado esperando en su relación, y para Betty, cada instante era una confirmación palpable de que estaban exactamente donde debían estar. 

Había vivido una de las noches más dulces de toda su vida. Su amada, la había tratado como nunca alguien pudo hacerlo, con tanta delicadeza, amor y ternura, que fue imposible resistirse a fundirse entre esos delgados brazos y perderse entre esas maravillosas curvas que tanto deseaba. 

Betty recogió la tarjeta con manos temblorosas pero llenas de ternura. Cada palabra escrita en esa hoja era un eco de su complicidad, un eco de las promesas susurradas al oído.  

"En cada instante, en cada aliento que respiro, en cada latido que late, siempre estás tú conmigo. En la luz del día, y en la oscuridad de la noche, eres mi guía, mi compañía, mi amor, mi deleite. Contigo quiero estar, por siempre caminar, en tus brazos descansar, nuestro amor nunca cesar." 

Al terminar de leer, le fue imposible no suspirar nuevamente, pegando la carta a su pecho. Deseando poder grabar aquella tarjeta en su cabeza, para nunca perderla. Cerró los ojos por un momento, dejando que la calidez del amor la envolviera.

—Betty —alguien entró a su oficina de golpe, haciéndola sobresaltar y salir de su fantasía—. Lo siento, Betty. ¿Está bien? —Aura María se disculpó, viendo a su amiga tratar de esconder los regalos—. ¿Qué es eso? —emocionada, se acercó a la mujer, viendo la tarjeta y las rosas. La rubia chilló emocionada, tomando las rosas—. Ay, Betty, que bonitas. ¿Quién se las regaló? —preguntó, viéndolas con cuidado, hasta que su atención cayó en otra cosa—. ¡Hasta tarjeta le dieron! —se burló. 

Nerviosa, la mujer de lentes intentó responder, pero no le dio tiempo. Aura María fue más rápida, comenzando a leer la tarjeta, riendo y mirando de forma juguetona a Betty, quien sentía sus mejillas calientes. 

—Todo un poeta ese Nicolás, Betty. La envidio —suspiro, aburrida—. De esos hay pocos —se cruzó de brazos. 

—Gracias. Y sí, mi novio es todo un poeta —se rio, tomando las cosas para guardarlas. 

—Yo venía a preguntarle como le fue anoche, pero por esos regalos yo imagino que más que bien —comentó la rubia emocionada—. Entonces, ¿si le sirvieron mis consejos? 

Betty bajó la mirada, recordando su noche anterior. Sentía un cosquilleó interno de solo pensarlo. 

—Ay, pero responda, Betty. No me deje con la duda —se quejó Aura María—. ¿Se la pasaron dándose besitos o hicieron cositas? —preguntó risueña. 

one shots » marcetty. [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora