II

250 32 0
                                    

Parte Dos.


1950.


  Con una mezcla de anticipación y ansiedad, la vampiresa tomó la carta que reposaba sobre su almohada, sintiendo miedo y emoción cuando sus frios dedos chocaron con el claro y centelleante papel dorado.
  Con una desesperación típica de su efusiva personalidad, rompió el sello de aquel sobre, anhelando fervientemente encontrarse con noticias favorables.

  La habitación estaba iluminada por una única luz que desprendía una larga vela sobre su escritorio de la antigua mansión en dónde se encontraba, escuchando resonar el suave susurro del viento que se filtraba por las rendijas de la ventana.

  Entre la penumbra de aquel enigmático lugar, los anaranjados ojos de la vampiresa brillaban con una intensidad casi indescriptible mientras sus pupilas se posaban con deseo sobre la delicada caligrafía que adornaba el blanco papel.
  Ella concordaba en que era una obra de arte en sí misma, cada trazo y curva meticulosamente trazados, reflejando la elegancia y la gracia de quien la había escrito.

  Cada mes la vampiresa esperaba con entusiasmo la llegada de una nueva carta, la cuál parecía no tener dueño, pero que la joven sabía muy bien a quién le pertenecía aquella elegante letra.



Querida mía,

He estado impaciente por escribirte, espero comprendas mi lentitud.
Pasé unos días tumultuosos junto a la familia ya que han llegado dos nuevos integrantes a esta.

Espero que así como atesoras tanto a los primeros, lo hagas con los nuevos ya que, he descubierto que son muy buenas personas y sé que si los conocieras los adorarías tanto como yo lo estoy haciendo.

Ella tiene una personalidad destellante, efusiva al igual que tú y enloquecida con la vida de la misma forma en que tu adoras vivirla.
Por otra parte, él ha llegado un tanto intranquilo, pude comprenderlo cuando confesó que su don hacía que actuase de tal manera.

No puedo contarte mucho por ahora, pero lo haré más adelante, no te preocupes.

Por ahora me dedicaré a decirte que todo está funcionando de maravilla, espero con ansias el día en que volvamos a reencontrarnos.

La familia ya está compuesta, no creo necesitar de más.
Lo único que anhelo con un fervor radiante es verte de nuevo, contemplar tu agraciado rostro y besarte una vez más.

C.C

PD: Sus nombres son Alice y Jasper.

  En ese momento, con la carta entre sus manos, la vampiresa se sintió viva de nuevo, aunque su corazón no latiera.
  Las emociones se agolpaban en su pecho, recordándole que a pesar de los siglos, aún podía experimentar la intensidad del amor, la angustia y la esperanza que alguna vez había encontrado con su compañero a su lado.

Princesa  || Carlisle Cullen   ¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora