ESCLAVO DE TU AMOR TOMO 2

CAPITULO 46

OCHO MESES DESPUES.

LEONARDO.

¿Alguna vez han sentido la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo injusta que es la vida?

Yo sí. He perdido a muchas personas, pero nunca alguien con el suficiente valor emocional que me hiciera llorar su perdida y extrañar con un anhelo contundente. Es como si te quemaras por dentro y el aire no entrara en tus pulmones.

Dejo las flores sobre la lapida y dejo derramar la primera lagrima.

—Perdona por no haber sido lo suficientemente para ti, por obligarte tantas veces hacer cosas que no querías, perdóname por ser tan injusto contigo cariño —poso mi mano en su tumba. Este dolor por su perdida nunca se apaciguará.

Decido volver al Castello, tenia asuntos que atender y mi madre me tiene al trote con el pequeño que se ha unido a la familia.

Giano De Rosa, el heredero que quería tener con mi esposa termino naciendo entre los brazos de una meretriz, que ironía de la vida ¿no?

Lastimosamente su madre Andiana Berlushini falleció dando luz a mi hijo, ese hijo que por unos instantes desee que no lo fuera, pero las pruebas de ADN confirmaban todo lo contrario. Es mi sangre. lo se tenia una suerte de mierda. Pero no tenia de otra que aceptarlo, que querer a la criatura que llego en un momento de crisis.

La extraño, extraño su olor, extraño verla despertar en mi cama con su cabello esparramado en la almohada, la extraño y necesito como la vida misma.

No se como he soportado todos estos meses sin su presencia.

—No te había informado de que tenemos algunos problemas en las empresas de estados unidos, tu padre ha exigido tu presencia en la reunión que se hará mañana por la tarde.

—Bien... prepara el jet privado para mí.

—Como desees —hace dos semanas Giulio contrajo matrimonio con Mariana, fue toda una sorpresa para todos nosotros ya que para nadie era un secreto que la hija de Mariano fue mi ex novia y tenia una terrible obsesión conmigo.

—¿Qué tal te va en tu matrimonio? —pregunto por curiosidad. Giulio siempre estuvo enamorado de Mariana incluso antes de que ella y yo fuéramos pareja.

—Bien. Mariana quiere comprar una casa cerca de la playa, mi suegro insistió en regalárnosla, pero no sería propio, soy su marido mi deber es complacer los deseos de mi mujer.

—Pensé que vivirían en tu departamento de soltero —él sonríe.

—Eso era lo que quería, pero ella insiste que una casa amplia seria bueno para nosotros, mas con su deseo de tener niños.

Lo observo con asombro —ya quieren tener hijos, y apenas se han casado.

—Mariana piensa que esta en una edad perfecta para tener bebés y mi suegro está de acuerdo.

—¿Desde cuando te volviste tan comprensivo y blandengue? —él vuelve a reírse, pero esta vez más fuerte.

—Desde que la mujer que he amado en silencio acepto ser mi esposa después de tanto pedírselo. Me ha costado muchos años de cortejo y muchos rechazos de su parte.

—Esa mujer es difícil.

—No es difícil solo que le encanta que le complazcan todos sus caprichos, su padre la mala acostumbro y yo no tengo problema en complacerla.

—Es bueno saber que eres feliz Giulio, me has servido por tanto tiempo que nunca vi tanta alegría en ti hasta ahora —le confieso con toda la sinceridad del mundo.