El trío Cruel se hizo presente en el mercado del pueblo más cercano al castillo Vicent. Estás deseaban saber si la carta que habían enviado a los reyes les había llegado y si les ayudarían o aceptarían la caída de su imperio.
—¿Por qué insistes tanto en encontrar a ese omega, Lee?— musitó con cansancio la hermana del medio: Marie. —Ni que fuera el omega más lindo del mundo ... — agregó con una mueca.
—Claro que no lo es, ni siquiera tenía pensando marcarlo. Pero, huyó de mí y pagué muy bien por él, hirió mi orgullo y el de mi alfa— respondió la pelirroja con una expresión sombría. —Tiene que pagar, voy a hacerlo pagar— sentenció con una voz grave y espesa, provocando que su dúo de hermanas se mirarán asustadas entre sí.
—Como gustes, Lee— asintió la rubia y se fijó en un puesto de frutas. —Uy, ¿no quieren alguna fruta? Los melocotones están de temporada, si quieren les invito— exclamó con una dulce sonrisa.
—Solo porque tú invitas, hermanita— dijo burlona la de cabellos azules.
Las tres se detuvieron en uno de los diversos puestos de frutas y solicitaron seis melocotones. Al cancelar la rubia entregó el dinero y se giró hacia la derecha, a lo lejos sus ojos se encontraron con un joven que tenía las mismas facciones y contexturas que las de Eddy.
Se quedó quieta y entrecerró sus ojos para verificar si era él.
Justo el sirviente Skipper había terminado de comprar todo lo que le habían encargado. Aquel par de jóvenes se pasearon por medio mercado comprando los recados de Eddy. Al terminar, Nath se compró un par de melocotones y le ofreció uno al omega, mismo que le dió las gracias y disfrutó de la fruta.
—Los melocotones huelen muy bien, aunque usted huele mucho mejor ... — soltó Nathan con una risilla al final.
—¿Cómo puede ser un príncipe tan osado a pesar de ya estar comprometido?— contestó Eddy con desdén y trató de controlarse, ya que aquel cumplido alegró a su omega interno.
—Bueno, pues soy un alfa que está extrañamente encantado ante tu aroma y para serle sincero no sé quién no caería por su esencia— respondió para defenderse y aprovechar coquetear al contrario, mismo que asintió y miró su cesta llena de frutas. Por lo que el alfa se dedicó a pagar los melocotones.
Habían pasado dos años desde que él había despertado como Omega y siempre habían halagado su dulce y atrayente aroma. Mas nunca su apariencia y él era consciente de que no era el más lindo de los omegas, pero tampoco estaba tan mal según él ... O eso se repetía mentalmente cada vez que le decían lo bien que olía, ya que muy dentro de si. Si que le dolía no ser tan tierno como los demás omegas femeninos. Incluso Ed que era mucho más alto y fornido que él, era considerado lindo y dulce.
¿Podría él encontrar a alguien que lo ame por quién es y no únicamente por su aroma o por ser uno de los pocos omegas hombres?
Sus pensamientos tristes quedaron opacados por un mal presentimiento, sintió su espalda hormiguear y volteó su cabeza, tan solo para encontrarse con la fija mirada de May Cruel.
El muchacho la miró y dió un brinco, de inmediato este retrocedió y tomó el brazo de un sujeto que al parecer lo estaba acompañando para luego recostar su cabeza sobre el hombro del más alto y jalarlo hacia otro puesto de frutas. Aquella acción despistó a la alfa de cabellos rubios, quién notó también que el sujeto más abajo tenía el cabello muy corto a comparación con "Eddy", ella le recordaba con el cabello atado en una coleta baja.
—¿Qué sucede, May?— cuestionó la mayor de las tres.
—Mmhn, no es nada, Lee ... — contestó dudosa. —Tan solo ví a un chico bajito muy parecido a Eddy, pero tenía el cabello muy corto para ser él— continuó con una voz risueña y despreocupada.
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ఌ︎𝐂𝐚𝐮𝐬𝐞 𝐲𝐨𝐮 𝐚𝐫𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐫𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧ꨄ︎ •𝙺𝚎𝚟𝚎𝚍𝚍• [ Oᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ ]
Fanfiction¿Qué era lo único que podía evitar la batalla entre los dos reinos más grandes de toda Europa: el Vicent y el Goldberg? Así es: un matrimonio, entre los hijos de los reyes. Ese fue el destino que se les impuso, no podían, ni encontraban razón algun...