¿LA HERMANA DE KARMA? [Asano Y Oc]

CAPÍTULO 17

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Fukushu Kin

Era el día siguiente. El sol ya casi se ocultaba, era de tarde cuando mis compañeros finalmente despertaron y el ambiente estaba teñido con el resplandor dorado del cielo.

—¿Cuánto tiempo dormí? —preguntó Kayano, parpadeando con somnolencia.

—Demasiado —respondí con un tono mordaz—. Mientras ustedes perdían el tiempo, Karasuma y yo hemos estado planeando un ataque.

—Ha trabajado todo el día para cuando Koro-sensei salga de su cascarón —dijo Nagisa, mirando la base en el mar con admiración.

—No muestra nada de fatiga, es increíble —comentó Sugino, impresionado.

—Lo es —confirmó Isogai—. Me pregunto si nosotros seremos igual de increíbles en diez años.

—Bitch-sensei no lo parece, pero ella también es increíble —añadió Fuwa.

—Los asesinos que conocimos en el hotel también lo son, y su ética de trabajo me ha inspirado de verdad —dijo Nagisa con una sonrisa.

—Luego hay gente en la que no me quiero convertir, como Takaoka —agregó Kimura, con una mueca de disgusto.

—Yo los salvé y ustedes admiran a esos asesinos —mencioné con molestia.

—¿Acaso la odiosa de la clase E ya nos quiere? —preguntó Fuwa, levantando una ceja.

—No, los iba a dejar morir —confesé, cruzándome de brazos y mostrando desinterés.

—Mentira, fuiste a ayudar —dijo Isogai, observándome fijamente.

—Eso fue porque Shu-san perdió una apuesta —comentó Maehara—. La reté y no se negó.

—El idiota me dio dos opciones: aceptar que Akabane es mi hermano o ayudarlos —expliqué, y los demás me miraron—. Me fui por la opción que daba menos dolor de cabeza.

Se quedaron en silencio por unos segundos. Fruncí el ceño, sin entender por qué de repente se callaron.

—¡Cuéntanos de los tentáculos! —exclamaron todos, rodeándome con entusiasmo.

—Supongo que les contaré —dije. Okajima gritó que les relataría todo en detalle.

Los demás se acercaron, incluido Akabane. El pulpo llegó justo después de una explosión en el mar.

—Yo también quiero saber esa historia, Shu-san —dijo Koro-sensei, observándome con curiosidad.

—Claro, lo estaba esperando —una sonrisa socarrona se dibujo en mi cara, mientras me sentaba en el suelo. Los demás me siguieron y me miraron ansiosos—. Desde los diez años he tenido estos tentáculos. Soy un experimento...

Miré al pulpo al notar como se tensó.

—¿Ya me recuerda, Koro-sensei? —sonreí satisfecha por la revelación.

—¡¿Ya se conocían?! —preguntó toda la clase, sorprendida.

—No personalmente, pero estuvimos en el mismo lugar—aclaré—. Pero esa historia no la contaré yo. Le toca a alguien más.

Mire al pulpo, relamiendo mis labios. Me gustaba la tensión y el misterio que había creado en la clase.

—Continuaré con mi historia —dije, y volvieron a enfocarse en mí, mientras el pulpo se relajaba—. Sin embargo, soy un experimento fallido. Mi cuerpo rechaza los tentáculos, lo que resulta en mi repentina debilidad muscular. Así que pueden estar tranquilos, no atacaré a su objetivo. Mis tentáculos no sirven para un combate.

—Por eso te desmayaste en el crucero, ¿no? —preguntó Kayano. Noté que había una pregunta oculta en sus palabras, pero la sensación que me provocaba no me decía mucho, así que tenía que seguir en guardia en silencio.

—Exacto —confesé—. Nunca he tenido intenciones de interferir. Y no me vuelvan a preguntar más, es lo único que diré. Si insisten, les daré una bofetada el triple de fuerte que la que le di al perro de Takaoka.

<Shiro me va a matar. Mejor no se lo diré>, pensé, dejándome caer en la arena. La playa también era nueva para mí, y quería disfrutarla lo más que pudiera.

—Si los tentáculos te roban energía... creo que lo mejor es retirarlos —dijo el objetivo, sosteniendo varias pinzas.

—¡No se atreva! —me puse de pie, sacando mi cuchillo de goma—. Estoy bien así como estoy.

—Tus ojos... —murmuró—. Son de color cobre.

—Exactamente. Lo que digo es realmente lo que quiero —aclaré con una sonrisa divertida.

—¿Eso qué significa? —preguntó Akabane.

—El día del crucero sus ojos estaban negros, indicando que estaba siendo controlada por la furia de los tentáculos —empezó a explicar—. Seguramente como resultado de la noticia de que eran hermanos.

—¿En verdad quieres esto? —preguntó Akabane, acercándose a mí.

—Deja de fingir que te importo...

—No estoy fingiendo nada —aclaró con firmeza, deteniéndose.

Por fin empiezas a entender.

Decidí regresar a mi habitación ya que Koro-sensei mencionó que haría una prueba de valor, y no tenía intenciones de participar.

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Narrador Omnisciente

—Fue en ese momento cuando me di cuenta de que me daba miedo no tener miedo. Pero aún así, no pienso perder. Quien va a asesinar a Koro-sensei, seré yo.

—Sí, me muero por saber quién lo matará —dijo Okuda con una sonrisa.

Karma avanzo iluminando el camino con la luz de la antorcha.

—Emm... vi la espalda de Shu-san cuando despertó —empezó a contar ella, y Karma se detuvo para escuchar con más atención—. Según lo que me contó, los tentáculos la están matando poco a poco. Y está satisfecha con que su vida se consuma de esa manera.