°★ ¿Puede el sometimiento y la avaricia apagar el alma de una niña?
°★ La oscuridad ocultaba muchos monstruos en aquel siniestro lugar, ella lo sabía ya que podía oír a las víctimas de estas inhumanas bestias sufrir ante sus daños y maldades.
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2005.
Querida madre,
Siento una melancolía indescriptible ahora mismo, el amor de mi vida se ha ido para siempre y todo ha sido por mi culpa.
No sé qué más hacer, el dolor me invade todos los huesos haciendo que duelan de la misma forma en que mi mente se aturde cuando escucho los insesables pensamientos de los demás a mi alrededor.
Siento que debas presenciar lo que haré, pero es una decisión que tomé para castigarme por todo el mal que he hecho.
Cuando lo haga, por favor no me detengas, si tú te interpones en esta decisión será muy difícil que no caiga al verte sufrir.
Nos veremos pronto, espero que lo último que vea sobre tí sea esa dulce y maternal sonrisa que siempre me has dado.
E.C
Sus ojos se perdieron entre la blancura de la pared frente a ella. Cargando con un temor ferviente, se dejó caer sobre las gruesas mantas que cubrían el blanco y cómodo colchón a su lado, desorientada.
Se quedó estática, sin saber qué hacer, sin poder reaccionar. Su mente se había evaporado de pensamientos y quedado en un fondo completamente blanco.
—No...no...no— repetía sin cesar.
Su visión comenzó a tornarse borrosa frente a las lágrimas acumuladas en sus anaranjados ojos.
Derrumbada ante la decisión tomada por aquel vampiro, la mujer sufría en silencio en aquel oscuro lugar. Llevó su mano a la boca cuando grandes sollozos comenzaron a escapar de ella, generando que inconscientemente sus hombros se muevan en pequeños espasmos involuntarios, acciones que a pesar de su inmortalidad podía conseguir hacer.
Caminó acarreando una profunda y vaga tristeza hasta llegar a la gran ventana abierta que habitaba en aquel lugar. Dejó caer sus manos sobre el marco de esta, con la ira apoderándose de su rostro y pensando en por qué el mundo funcionaba de tal manera.
El dolor se impregnó en su ser, mientras las estrellas brillaban con poder en el oscuro cielo sobre ella.
