NEW VERSION: XXV.

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NEW YORK, UNITED STATES

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NEW YORK, UNITED STATES. | HAYLEY.

Todo el ambiente se sentía tenso. Mi madre se encontraba en Nueva York, al parecer pudo rastrear nuestra ubicación, lo cual le pareció raro a Nikolas y Masen, por lo que creen que puede existir un infiltrado entre sus hombres. No había otra explicación a que Clarissa se enterara de que nos encontrábamos aquí.

Las noticias de la muerte del presidente estaban por todas las calles de Estados Unidos. Debajo de la fotografía del viejo asqueroso había un texto que explicaba cómo fue envenenado por la Triada y al que señalaban como culpable era a Antoine Philips. 

Masen y Nikolas se encargaron de preparar todo para que pareciera que la mafia China había logrado su cometido como habían intentado hacía unos meses. Clynner y Johnson se limpiaron las manos de una manera extraordinaria.

Habían pasado tres días desde ese show en el bar de Nikolas y también de mi encuentro sexual con Masen. No me arrepentía en lo absoluto, todo lo contrario, quería volver a ese momento una y otra vez. Luego de tener sexo en el carro, nos fuimos directo al departamento de Nikolas donde nos esperaba Ava preocupada.

Su esposo llegó veinte minutos después y tenía toda la camisa blanca inundada de sangre. Al parecer se había divertido descuartizando al presidente asqueroso que ahora se encontraba a veinte metros bajo tierra.

—Quiero saber inmediatamente quien es el infiltrado. — exclama Masen sin soltar mi cintura. Nos encontrábamos en la oficina junto con Nikolas, Ava y Nigeriano charlando sobre la posibilidad de que haya un espía.

—Puede ser Pérez. Él es el más nuevo de todos los soldados aquí—, dice Ava con un rostro serio. Ella lo conocía a ese tal Pérez, ya que era uno de los hombres con los que convivía todos los días. Si él era el espía, teníamos que tener cuidado con hacerlo sospechar de que ya sabíamos.

—¿Qué más sabes, princesa?—. Le pregunta Nikolas mientras la miraba con ojos de amor. Yo creía que los mafiosos no amaban, pero cuando veía como Niko observaba a mi amiga, estaba equivocada de mi pensamiento, ya que él daría su vida por mantenerla a salvo.

Ava se encogió de hombros y continuó: —El otro día actuaba de manera extraña. Estábamos en el centro comercial y comenzó a recibir llamadas, eso no me pareció raro, sino que el número de teléfono comenzaba en 44.

Mi teléfono en Inglaterra comenzaba así. Ese era el prefijo internacional para llamar a números telefónicos en Reino Unido. Todo encajaba perfectamente.

—Definitivamente es Pérez—, afirmé girándome para observar a Masen que parecía aburrido de la conversación. Podría apostar a que se quería deshacer de ese hombre lo más rápido posible, y todo para joder a mi madre. Ellos se odiaban a muerte.

—Lo mataremos entonces. — Agrega el esposo de mi amiga con un rostro serio. Todos lucían aburridos hoy. 

—No, harán eso luego de que yo hable con mi madre.

Obsesión Desafortunada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora