4. Mi vieja flor

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Desde muy temprano las mucamas del palacio tuvieron que empezar sus labores, Anna se sentía afortunada de haber tenido sus estar al servicio personal de Miriam, pues, veía a las demás estar apuradas con los preparativos de la recepción que el rey ofrecería.

La vestimenta que había preparado estaba perfectamente arreglada, el vestido verde esmeralda de la princesa, hecho especialmente de tela delicada, las joyas que había elegido para combinar y la tiara que iba sobre su cabello, aquel rubio cabello que Anna había tenido el honor de peinar y arreglar.

Miriam era hermosa, cada que se acercaba lo suficiente podía disfrutar del aroma cálido que ella desprendía, rosas. La piel suave, sus cabellos y la forma en la que miraba con sus ojos llenos de bondad. Podía sentirse como ver a un ángel, o al menos, Anna relacionaba a la princesa con uno.

-¿Creés que me veo bien?- Miriam preguntó a Anna.

-Usted se ve siempre bien alteza, es, muy hermosa.- Miriam sonrió, se acercó a Anna y tomó sus manos.

-Es gracias a tí, sabía que eras la persona indicada...

-¿Indicada?- preguntó Anna.

-Si, la indicada para estar a mi lado.- Miriam sonrió ampliamente, Anna sintió una brisa al verla, posiblemente era porque se empezaba a acostumbrar a su presencia, a servirle.

La recepción del palacio comenzó, Anna estuvo en todo momento junto a la princesa, para su suerte, la atención en ese evento era para la princesa Helena, eso permitía que Anna no estuviera rodeada de muchas personas.
Más en cambio, la tranquilidad no dura en todo momento, la voz del anunciante se hizo presente al ver entrar a aquella mujer de cabellos rojos.

Anna tembló al verla entrar, aquella duquesa no tardó en identificarla y entonces, la persona que iba detrás de ella pasó a estar a su lado.

-Lily...- Anna dijo en voz baja pero Miriam escuchó.
Su corazón comenzó a latir con fuerza, sintió frío en sus manos, incluso su cuerpo comenzó a temblar, sus miradas se cruzaron por segundos y entonces volvió a sentirse traicionada.

-Alteza...- La duquesa nunca dejó ir oportunidades, en cuanto vió a Anna no dudó en ir a saludar a Miriam solo para estar cerca  y poder causar molestia, pero había otra razón, la cuarta princesa era encantadora ante sus ojos. -Hace mucho no la veía, ha crecido, y se ha puesto muy hermosa- La duquesa hizo una reverencia igual que Lily.

-Duquesa...- Miriam respondió a ella. -Tiene razón, ha pasado mucho tiempo.- Pero Miriam era observadora, Anna se había mantenido cabeza abajo evitando mirar a ambas mujeres, podía notar la forma en la que respiraba agitada y la manera en la que Lily buscaba la mirada de ella. -Espero que la recepción sea de su agrado para usted...- miró a Lily. -Y su compañera, si me permite.- Miriam avanzó y con ello Anna se alejó.

-Anna...- La silueta de Anna alejándose le causó un sentimiento vacío en su interior, era la segunda vez que la veía alejarse de ella. Su interior gritaba, quería correr y abrazarla, decirle lo mucho que la extrañaba..

-Anna parece ser bastante lista.- la duquesa la sacó de sus pensamientos. -En cuánto tuvo la oportunidad buscó alguien más importante para servirle, una princesa... ¿No crees que es una coincidencia bastante agradable? Es como si la historia se repitiera.

-No entiendo duquesa...- La Duquesa sonrió y acarició los cabellos de Lily.

-De nuevo... Ella tiene algo que quiero.- Lily desvío su mirada y siguió a la duquesa.

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-Las grandes fiestas, siempre me dejan ansiosa y agotada...- Miriam caminó hacia uno de los jardines del salón principal, el ambiente era tranquilo ahí, los trabajadores estaban ocupados en el palacio, en ese momento solo eran ellas dos. -¿Te sientes mejor Anna?

-Si... Perdóneme alteza, no debí ponerme así.- La principal razón por la que había salido de ahí fue porque notó la incertidumbre que Anna tenía al ver a la duquesa y a Lily.

-Ella... No te cae muy bien ¿Verdad?.

-No es eso alteza.- Miriam suspiró y se recargó en uno de los pilares que había en ese jardín.

-A mi tampoco me agrada...- dijo la princesa. -Aunque es de la nobleza siempre ha sido una mujer escándalo, la gente habla mucho sobre ella y, es algo que no me gusta de ese tipo de gente.

-¿Por qué alteza?- Miriam miró a Anna.

-Porque las personas como ella, ensucian el significado del amor...- caminó nuevamente hacia uno de los arbustos para tomar una flor y colocarla sobre su oreja. -Anna, ¿Puedo saberlo?- preguntó, Anna no entendió su pregunta en ese momento. -Puedo saber... ¿Es acaso su acompañante, especial para ti?- Anna desvío su mirada, pero asintió con un movimiento de su cabeza, Miriam cortó otra flor, caminó hacia Anna, levantó su rostro y le colocó aquella flor sobre su oreja.  -Pero, puedo saber que ella te ha lastimado...   Tal vez no quieras contarme, y, lo aceptó, no te obligaré a que me cuentes, pero quiero que sepas algo.- sonrió. -La duquesa no puede hacerte sentir mal, mientras yo esté cerca, porque Anna... Eres más hermosa que ella.

-Alteza, no diga eso- Miriam rió, Anna se había sonrojado por tal comentario y eso me parecía lindo. -Lo que sucedió con la duquesa, con Lily y conmigo es un asunto del pasado, uno del que no quiero saber más.

-Lily... Así que, es su nombre. Lo entiendo Anna. Si quieres superar eso entonces yo te ayudaré. No quiero que sufras.- Miriam tomó las manos de Anna y la guío por el jardín hasta el césped donde ambas tomaron asiento.

Miriam cortaba flores y las unia entre ellas, cantaba, su voz era delicada, Anna la miraba y se relajaba con el ambiente. Al poco tiempo Miriam colocó en su cabeza una corona hecha de flores.

-Y... Por favor, llámame miriam cuando estemos solas.

-Lo intentaré... Miriam.- la princesa sonrió, se recostó colocando su cabeza sobre el regazo de Anna, cerró sus ojos y se quedó dormida.

Anna la observó, sonrió y acarició los cabellos rubios, el mal rato que había sentido se había ido rápidamente gracias a Miriam, su corazón se calmó y se relajó lo suficiente.

-Usted, es como un sol... Miriam.

Por los grandes ventanales del salón, Lily observó a la princesa y a Anna, una sensación de enojo y tristeza se apoderaron de ella, era la primera vez que sentía eso que llamaba celos.

-Anna no puede tener a alguien más...- la duquesa llegó a un lado de ella mirando la misma escena, pero muy al contrario de Lily, ella sonrió con maldad, ya había arrebatado a Lily ¿Por qué no hacerlo de nuevo con la princesa?

Lily Of The Valley... Anna's New Flower Donde viven las historias. Descúbrelo ahora