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Capitulo Uno.

   LOS CULLEN esperaban ansiosos la llegada de aquellas mágicas criaturas, quienes habían respondido con compromiso a aquella carta enviada por la pequeña de la familia

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   LOS CULLEN esperaban ansiosos la llegada de aquellas mágicas criaturas, quienes habían respondido con compromiso a aquella carta enviada por la pequeña de la familia.

   El sonido causado por las manecillas del reloj y la música traída por el viento era lo único que podía oírse en aquella sala, en dónde todos parecían absortos en sus pensamientos, a la espera de tales invitadas.

—Ya están aquí —comunicó en un susurro la vampiresa de corte pixie luego de predecir la aparición de tres hermosas muchachas caminando hacia su hogar.

   Tras aquellas palabras escapar de su boca, la mujer se paró del cómodo sofá en dónde estaba sentada junto a su pareja, quien la imitó manteniéndose detrás de ella.

   Los centenarios inmortales voltearon cuando el timbre sonó estruendosamente.
La matriarca del clan se paró rápidamente para ir a recibir a las jovencitas, quiénes esperaban expectantes fuera del recinto.

—Pasen, pasen, no deben temer— invitaba ella con una gran sonrisa que demostraba a aquellas mujeres cuán amorosa y gentil era la vampiresa.

   Todos observaban atentos como tres bellas mujeres arribaron la sala principal de aquella lujosa casa. Envueltas en trajes negros ajustados al cuerpo de los cuales una ligera capa del mismo color caía hasta sus rodillas, comenzaron a analizar aquel lugar en busca de amenazas hacia su persona, inquietando levemente a algunos de los presentes; exhibiendo así la elegancia y distinción innata que aquellos seres poseían.

   Mientras dos de ellas se mantenían precavidas, con la espalda sumamente recta demostrando misticismo y una capa de pudor cubriéndolas, la otra la cuál se colocaba a su lado no apartaba una sonrisa que expresaba pura emoción acompañada por sus rojizas mejillas, dejándoles ver a aquellos vampiros que solo se trataba de una dulce adolescente.

—Ayer por la mañana hemos recibido su carta—comenzó la líder de aquel séquito con sus manos entrelazadas sobre la parte del regazo —nos gustaría que debatamos al respecto del tema que se nombra allí, una guerra supuestamente...—sus palabras salían con gracia, una distinción típica de su especie según podían reconocer los vampiros.

—¡Sí!—contestó uno de ellos dando un paso al frente— Mi nombre es Alice Cullen, yo envié esa carta— las jovencitas observaron como un hombre rubio detrás de ella posaba su mano sobre la cadera de quién parecía ser su pareja, en un acto de aliento— Verán, desde hace un año hemos tenido problemas con una vampiresa que ronda por el pueblo, pensamos que se había marchado pero descubrimos que volvió aquí y busca deshacerse de nosotros...—su comunicado se vió interrumpido por la mirada acusatoria de una despampanante rubia a su lado, quien no pudo evitar lanzar una carga de odio en aquella vampiresa, algo que para las tres mujeres no pasó de ser percibido.

—Diles la verdad, no es a nosotros a quién quiere— espetó dicha mujer, quién posaba con una mirada sumamente seria a la par de un alto hombre a su lado, quién poseía grandes y visibles músculos.

°THE BOY IS MINE°   ||   Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora