Único.

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🔎☂️

Childe siseó gustoso ante la vista que se presentaba al frente suyo, sonriente el único doncel del grupo aplaudió tres veces, haciendo resonar sus palmas que por muy pequeñas y delicadas que se vean, no lo son.

—No pensé que de verdad lo harías. — Rosalyne comentó, cruzado de brazos y sonriendo de manera burlona. Realmente conocía gente loca, pero sin duda su amigo se llevaba el puesto número uno.

Scaramouche a su lado rodó sus ojos mientras arreglaba su larga cabellera revoltosa y observaba su propia figura frente suyo con determinación.

—Sabía que lo haría, pero no pensé que sería tan descarado como para venir de esa forma de su casa. —Childe negó con la cabeza mirándolo mal.

El índigo terminó por bufar.

—No me conocen en lo absoluto. —Scaramouche bufó rodando los ojos y ajustando los botones de su camisa blanca, era de las transparentes que usaba normalmente para dormir, así que sus pezones se notaban sensualmente bajo la prenda.

Tenía los botones de esa camisa desabrochada hasta el inicio de una falda corta y negra de paletones, las medias eran de sedas blancas y apretaba fuertemente sus muslos y el ligero era solo un accesorio de decoración, se veía hermoso porque la falda lograba levantarse en la parte de atrás; su trasero bien elevado, sus muslos regordetes y blancos, contando que sus pezones lograban notarse perfectamente y ciertamente, era más que sólo un exquisito manjar a la vista.

Cualquier ser en el planeta querría poner sus manos sobre un tierno pastel como él.

Pero entonces, Childe soltó una risa tomando el control remoto que se encontraba en la mesita de noche, lentamente presionó el botón con los dedos. Scaramouche dio un salto de impresión y jadeó de manera ahogada por la impresión.

Ambos, Childe y Rosalyne rieron burlones al ver su reacción. La vibración del vibrador en su interior, lo hizo mojarse rápidamente, el pequeño artefacto vibró con fuerza en su entrada ya mojada, el lugar se volvió húmedo y resbaladizo, caliente, en un solo santiamén.

Un poco incómodo, Scaramouche apretó las piernas y se puso recto mientras trataba de soportar aquellas vibraciones, el falo de su pene lograba levantar un poco la falda y sentía perfectamente como sus pezones comenzaban a despertar ante la estimulación.

Era un total caos.

—Bien, ya basta. —Kunikuzushi gruñó de mal modo. Sus amigos dejaron de reírse y asintieron.

—Está bien, solo por compasión. —Childe informó, deteniendo la vibración. Entonces se aclaró la garganta y lo miró con determinación. —Necesitamos que salgas ahora, ¿bien? Iremos detrás de ti y tú debes andar como si nada.

—Ya lo entendí. —Scaramouche los cortó de mala gana y se bajó la falda —Luego de esto iremos a un bar ¿bien? Voy a necesitar una buena follada.

Scaramouche no se molestó en mantener un lenguaje educado, siempre es vulgar y mucho más si está con sus amigos. Además es sincero al decir que necesitará la polla más grande de todas después de media hora.

Con una sonrisa, se ajustó la camisa frente al espejo, arregló un poco su cabello y se sonrió a sí mismo.

—Bien, bien, pero apresúrate. —Rosalyne parloteó cruzada de brazos; mientras más pronto acaben, más pronto podrá ir a dormir.

Scaramouche asintió, tomó su mochila y salió de la habitación de su amigo a pasos decididos. Rosalyne y Childe le siguieron con lentitud, este último apretó el botón justo cuando Scaramouche estaba bajando las escaleras.

! Perfect crime ☆ HeiscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora