"Valeria de Dvicio"
Morí de la emoción, claro que no en un sentido literal, pero esta eufórica, jamás pensé que él me fuera a escribir y muchísimo menos pensé que me iba a seguir, entendía perfectamente que no era nada del otro mundo, pero así era yo, me emocionaba por todo.
Llevaba mucho tiempo siguiéndolo y hasta hace poco me animé, pero fíjate, los resultados fueron los mejores.
Tan pronto vi eso, le envié un mensaje, no por ser intensa, sino por mostrarle que me interesaba.
<<¡Ahora me sigues!>>No pensé que fuera a responder rápido, obviamente la diferencia de horario nos hacía más complicado todo, pues en Madrid supongo que era ya pasada la media noche.
La sorpresa fue mayor cuando lo vi activo y leyó mi mensaje <<Somos curiosos por naturaleza... No sabemos a donde podemos llegar>>. Jesús ya estaba frenética, era algo totalmente inesperado. Aunque tampoco es que fuera una loca, no señor, sabía perfectamente que esas podían ser las palabras que le dedicaba a todas las chicas que conocía, así que aún emocionada y todo, puse los pies sobre la tierra y salí del parqueadero con dirección a mi casa.
No pude seguir viendo el celular, porque no me gustaba mirarlo mientras estaba al volante, aparte de eso, el tráfico de hoy estaba imposible para moverme desde el centro comercial hasta la ruta en dirección a la salida de Bogotá, pero no podía ocultar que iba con una sonrisota en la cara, era invencible ante todo.
Como tenía el celular sincronizado con el carro, puse musiquita y empezó a sonar algo de la biblioteca y nada más y nada menos que una canción de Felipe, una que tenia un toque flamenco que me hacía suspirar, amaba ese tipo de música. Por puro impulso proveche que estaba quieta y decidí tomar el celular y hacer una foto del nombre de la canción que aparecía en la pantallita y se la envié a Felipe.
<<Para que veas que siempre te escucho, tu voz es mi compañía en estos momentos>>
<<Me encanta saberlo, que bien que te acompañe de esa manera 😍>> Wow este hombre estaba como muy pendiente de todo o quizás no tenía nada que hacer.
Ahí dejamos la conversación porque ya no pude seguir escribiendo, como ya iba en dirección a casa iba relajada, cantando con música suavecita, de todo un poquito, pero siempre con la voz de Felipe animándome.
Cuando llegué al apartamento me quité los zapatos y la chaqueta, así fui directo a la cocina, hoy tenía algo de hambre, pero no tenia ganas de preparar nada muy elaborado, estaba por la vía de las ensaladas como para no comer nada tan pesado en la noche y de tomar una infusión frutal, nada más relajante.
Después de terminar con mi ensalada, organicé la cocina, por que a fin de cuentas no podía permitirme nadie que me ayudara con los que haceres de la casa. Luego me recosté en el sofá y empecé a chismosear las redes sociales, quería volver a revisar la conversación y distraerme un poquito. Cuando entré a Instagram, tenía un mensaje sin leer y vaya sorpresa era de Felipe, <<Que descanses, duerme bien>>.
Era de hacía unos pocos minutos, por lo que revisando bien me fijé que estaba en línea y teniendo en cuenta el cambio de horario, procedí a responderle. <<Gracias, igual tu, que sueñes con los angelitos :D>> me empezó a latir el corazón como nunca y entre mi locura hice algo que después de pensarlo bien, me pareció una tontería, pues hacía muy poco que habíamos empezado a hablar. <<Me encantaría escuchar una canción tuya en vivo antes de irme a dormir>>
Lo que pasó después de esto, me dejó totalmente descolocada, pues jamás me lo espere y fue absolutamente la cereza del pastel que hizo que por poco me diera un infarto.
Videochat entrante de Felipe del Toro...
Con todo el coraje que pude reunir y sin duda mas roja que un tomate, le acepte el videochat; lo que nunca esperé fue ver a un Felipe en pijama y un poco despeinado, pero condenadamente sexy, creo que hasta quedé con la boca abierta porque, él solo pudo reírse. Así que me animé y lo salude.
-Hola
-Preciosa, ¿como estás? -Ese bendito acento español en su voz sonaba demasiado rico y mas con esa voz de casi dormido.
-Bien, aunque debo confesar que un poco nerviosa, supongo que es normal ¿no? -solté una risa incomoda, estaba segura que mi cara era de color rojo por todo lado.
Él también rió, aunque luego conservó una sonrisa tierna, una que lo hacía ver como diría mi compañera Ginna, "delicioso". -Es normal. No todos los días llamo a una de mis seguidoras.
¡Puf y ahí rompió mi burbuja! Se veía de lo mas apetecible, pero creo que andaba con el ego por las nubes el muy estiradito, sin poder contenerme y sin filtro dije lo que dije. -¡Oh! ya veo, el ego te pega fuerte ¿no?
Creo que me arrepentí, pero no del todo, era justo que alguien le bajara un poquito el ego. Engreido.
-¡Ouch! golpe bajo preciosa. -Pero sin perder esa sonrisa, me siguió hablando, -Hagamos un trato, te canto esta canción y mi ego y yo nos vamos a dormir.
Creo que notó mi malestar, pero igual no mencionó nada más. No supe lo que se apoderó de mi y por eso acepté. Así empezó una de las mejores experiencias de la vida, una voz tan sensual y romántica estaba cantándome prácticamente al oído, cosa que no me disgustaba. Amaba ver sus gestos, la manera en que cerraba los ojos al cantar, era fascinante el cariño y la devoción que le dedicaba a su guitarra y a su música, definitivamente Felipe del Toro era un hombre del que uno se podía enamorar de un momento a otro.
Tan pronto terminó su canción, estaba segura que tenía pura carita de enamorada, es que por favor, piensalo así, no todos los días tu cantante favorito y tremendo hombre te cantaba solo a ti.
El silencio reinó mientras nos mirábamos sonriendo un poco cada uno, pero fue él quien habló primero. -Espero que te haya gustado.
-Mucho, es una canción preciosa.
-No tanto como tu. Pero creo que es hora de que me vaya, espero que podamos seguir hablando. No todos los días puedo hacer esto y sentirme mas cerca de las personas.
Sentí que mi cara no podía estar mas rojita. -A mi también me gustaría seguir hablando contigo, qué placer haber tenido un mini concierto privado.
-Hablamos después preciosa, descansa.
-Gracias, igual tu.
-Por cierto preciosa, creo que ahora podré ponerle cara a los ángeles con los que sueñe. Un beso.
Solté la risa y me despedí. Definitivamente ahora no iba a dormir.
Me fui a la cama, también estaba cansada y quería al menos estar ya relajada en pijama y bajo las cobijas. Al rato escuché el sonido que anunciaba notificaciones, por lo que revisé mi teléfono y mi sorpresa fue mayor cuando vi que era del perfil de Felipe, había subido una historia, era una foto suya con la cabeza en la almohada y tenía un pequeño letrero <<Por fin le puedo poner cara a uno de los ángeles de mis sueños...>> Menuda cursilería, pero viniendo de él y teniendo el contexto me moría de la emoción y obviamente iba a responder esa historia.
<<¡No te creo! jajajaja estás loco>> no esperaba mas respuestas inmediatas, pero seguía sorprendiéndome <<Ya ves, gracias por escuchar mi canción hoy. Descansa>>. No dije nada más.
Me tapé la cara con la almohada y grité. Confirmado amigos, esta noche iba a ser larga, adiós al descanso.
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Diario de una locura
RomanceAna María Fernández es una tímida chica, le encanta estudiar, su pasión es la Hotelería, ama su carrera. Un día decide hacer una pequeña travesura... Le escribe a su amor platónico, su cantante favorito, un español llamado Felipe del Toro, un hombre...