Nella
Si seguía escuchando un solo segundo más a su casi ex cuñada, terminaría por intentar entrar al celular y llegar al otro lado que ella estuviese para golpearla hasta que se quedara inconsciente, hasta que no pudiera decir ni una sola palabra, más hasta que cada pensamiento quedara incongruente.
Le ardía la garganta, le picaban en los ojos. Estaba tan enojada, sintiéndose tan tonta. La familia Luigi por completo le había visto la cara de estúpida. Ella había adquirido el apellido de Vicenzo, ella se había sentido parte de la familia sin siquiera haber conocido bien a la madre de su esposo y a su cuñada. Ahora se daba cuenta cuán tonta había sido pensar que los Luigi la recibirían con los brazos abiertos y la aceptarían así como si nada aquel matrimonio.
Tantas cosas habían influido en que su matrimonio fallara, desde las mentiras de Vicenzo, hasta su falta de malicia y suspicacia.
Dejó el celular sobre la cama y se cruzó de brazos sentándose en esta, sus piernas se movían de forma incontrolable, estaba nerviosa, totalmente ansiosa.
Salió de la habitación después de varios minutos tal vez casi una hora intentando serenarse pero nada le tranquilizaba.
Otra mujer.
¿En qué momento su marido había tenido otra mujer?
¿Será que había estado allí mucho antes de ella aparecer en la vida de Vicenzo?
Todas las dudas saltaron en ella, las alarmas se encendieron.
Había estado tan perdidamente enamorada de un hombre que le llevaba 10 años de diferencia que no se había percatado de que este quizás, solo quizá, intentando no sentirse aún peor y darle el voto de la duda, la veía a ella como un juego pasajero y en verdad estaba enamorado de otra mujer.
Estaba segura de que esa mujer sería rubia platino, con ojos verdes, mirada reservada, alta como uno de esos modelos de revistas; una mujer de alta sociedad, nacida multimillonaria, sin saber lo que era amasar un kilo de harina para hacer el pan de varios días. Una de esas de piernas interminables y piel tersa y brillante como la seda.
Una que definitivamente era muy diferente a ella.
Antonella no tenía un cuerpo escultural, su cabello si era de un color hermoso sin embargo, ella sabía que no era una belleza peculiar, no como muchas otras que seguro estaban pululando alrededor de su marido.
Y a lo mejor mucho antes de ella entrara la vida de él.
Se sintió utilizada, se sintió fatal, Había pasado más de un año creyendo en las mentiras de su marido, creyendo que ella sería suficiente para llenar ese hueco tan importante como lo era ser esposa de un Luigi.
El apellido era reconocido en toda Italia. Todos los italianos conocían a esa familia que durante años había sido una de las más influyentes.
Antonella venía de un pueblo llamado Canale di Tenno. un pueblo medieval que se eleva 600 metros sobre el nivel del mar en las colinas que dominan el lado trentino del lago de Garda , entre Riva del Garda y la meseta de Fiavé , en la carretera que conecta el lago con Giudicarie.
Con muy pocos habitantes, que todos se conocían, que todos sabían de dónde provenían y que se sentían a gusto de haber nacido en Donde habían nacido.
Aunque su hermana Thalía e avergonzaba de decir que ella pertenecía a aquella civilización, tan pequeña, tan reducida y tan pobre. Antonella se sentía orgullosa, pues allí todos le conocían. Sabían de dónde provenían sus padres y de lo que serían capaces. Nadie juzgaba a nadie. Eran como una familia grande de cientos de personas.
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EL ITALIANO VENGATIVO (EN EDICION)
RomanceAntonella Luigi está casada, legalmente casada con un hombre que conoció un año y algunos meses atrás. Ella descubrió la razón de su matrimonio: una herencia por cobrar. Vicenzo Luigi, tuvo una condición para que pudiera cobrar su herencia: casarse...