Parte 1: ¿El inicio?

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Como empezar la historia, ya no sé ni cómo son los inicios, recuerdo cuando esto se puso feo, pero no recuerdo cuando empezó.

—Date prisa, sabes cómo se pone Cris cuando no llegamos a tiempo –refunfuño Jace.

—Si ayudaras tal vez terminaríamos más rápido –contesto Rian, mientras le pasaba otra caja.

—Claro que no, y menos con tanta tierra, yo solo conduzco –camino hasta la camioneta. –Por cierto límpiense antes de entrar.

Rian me miro y los dos reímos a carcajadas, ellos eran mi equipo, Jace y Rian, mis compañeros y amigos. Después de diez años trabajando juntos éramos ya como hermanos, daría la vida por ellos y ellos la darían por mí, justo lo que se necesita en la guerra.

Tal vez ahí fue donde empezó todo, después de la cuarta guerra mundial el mundo colapso, los países más fuertes fueron derrocados por rebeldes, los ciudadanos tomaron control de los gobiernos, los gobiernos utilizaron sus mejores armas para matar a los grandes líderes y al final, solo se consiguió más guerra. En la actualidad prevalecen dos grupos, los leales y los subordinados. Pertenezco a los subordinados, los que somos fieles a la causa, los que vivimos en los subterráneos, los que nos tocó la peor parte.

La constante guerra termino por hacer que el mundo fuera una fortaleza, que solo hubiera ruinas de ciudades y cadáveres adornando lo poco que quedaba de calle. Vivimos como podemos, iniciamos nuestras vidas cómo es posible y sobrevivimos a como nos adaptemos.

—Listo esa era la última –digo tomando del suelo mi arma.

—Bien hay que irnos –me responde Rian girando su arma y bajando del camión.

Las misiones eran simples, conseguir provisiones, los subordinados no teníamos donde cultivar nuestros alimentos, así que se los robábamos a los leales. Bueno se los pedíamos prestados, robar es una palabra muy fea.

El viaje era muy simple, Arten, conseguía la localización de los camiones de cargamento y nosotros íbamos por ellos. Si encontrábamos un leal, le disparábamos.

—Saben que es lo más lindo de todo esto –dijo Jace. –Que cada día nos acercamos más al Pandora.

—Sí, creo que sí –respondió Rian recostando su cabeza en la ventana.

El Pandora, era como la casa blanca para EE.UU, solo que esta representaba todo el mundo. El Pandora era el sitio donde se refugiaban los líderes de los leales y no se sabía a ciencia cierta que es lo que había ahí dentro. Nunca nadie había salido de ahí.

Nuestro sueño era entrar y ser los primero en salir, hemos estado entrenado para eso, nos hemos preparado para todo, para cada arma que pueda estará ahí, mejoramos nuestro trabajo en equipo, inventamos nuestro propio lenguaje de señas, somos unos amos.

—Bueno, ya es hora, están listos –dijo Jace sosteniendo bien el volante. Yo me levante y me senté rígida en el asiento de atrás, sujetando bien mi cinturón. Rian hizo lo mismo. –Aquí vamos –la camioneta dio un pequeño salto y después cayó en el suelo. La entrada a la base subterránea era la más incómoda y horrenda. Si querías atravesar esa fortaleza, tendrías que pasar por...''Los túneles''.

Los túneles con pequeños pasillos infestados de trampas, en el cual, si tomas el camino equivocado, o te lleva a tu muerte o te pierdes indefinida mente, que es casi lo mismo. Estos estaban diseñados con el espacio de una sola camioneta. Una mini van para ser precisos. Solo los conductores saben cuál es el camino, a ellos les hacen estudiar ese laberinto de caminos desde que nacen, para Jace fue más problema porque él tenía diez cuando todo esto empezó, pero aun así lo aprendió de memoria. Él intento mostrarnos cuál era el camino, pero Rian y yo siempre terminábamos perdiéndonos.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2015 ⏰

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