—Amor Eterno—
Alastor abrió sus ojos lentamente, el dolor irradiando por todo su cuerpo. Al sentir algo debajo de él, rápidamente reconoció la figura de Lucifer, su amado. Sin dudarlo, comenzó a moverlo con desesperación.
-¡Lu! ¡Lucifer -llamó el doncel, moviéndolo con urgencia y notando la sangre dorada que manchaba la cabeza del ángel. - ¡LUZBEL! -gritó con desesperación, lágrimas comenzando a rodar por sus mejillas. - ¡MI AMOR! ¡LUCIFER, POR FAVOR! -continuó gritando hasta que vio que el ángel empezaba a abrir los ojos.
Las pupilas de Lucifer se enfocaron lentamente en el rostro de Alastor, llenándose de preocupación. Con gran dificultad, se sentó y dejó que el humano lo abrazara con fuerza.
-Al... -murmuró Lucifer, abrazándolo con lágrimas en sus ojos.
-Lu... perdóname... yo... -Alastor respiraba agitado, abrazando a su pareja. -Si no te hubiera pedido eso... no pensé que llegaríamos a esto, yo... -dijo pausadamente, aún en shock.
-Lo que importa es que estás bien... -susurró Lucifer, sonriendo mientras lo abrazaba.
Al mirarse mutuamente, ambos sonrieron, aunque brevemente, pues los gritos de los demás ángeles interrumpieron su momento.
Destellos de luz comenzaron a aparecer en el cielo, formando una estrella. Los colores brillaban intensamente, amarillo de la gula, azul de la lujuria, verde de la avaricia, púrpura de la pereza, rojo intenso de la ira, azul claro de la envidia.
Mientras observaban esos destellos, un dolor de cabeza atroz los atacó. El dolor aumentó hasta el punto de hacerlos gritar y retorcerse en el suelo.
Lucifer sintió su frente desgarrarse, de su boca emergieron puntas afiladas, un líquido negro se incrustaba en sus manos y sus ojos ardían intensamente. Su grito resonó junto al de Alastor.
Alastor estaba tirado de lado, sintiendo cómo astas crecían de su cabeza, cuernos emergían de los costados de su rostro, puntas afiladas salían de su boca y una pequeña cola desgarraba su piel desde su espalda baja.
Ambos desarrollaron pezuñas y garras, una cola demoníaca y venado, cuernos y astas, ojos rojos y negros, manos negras hasta los codos y gritos desgarradores.
Los destellos también emanaron de ellos: dorado de la soberbia y rojo oscuro del engaño.
En el aire, los destellos se mezclaron y formaron un círculo alrededor de la estrella, creando un pentagrama de colores mientras los gritos se volvían más demoníacos.
Los gritos disminuyeron al completar la transformación de todos, y un pentagrama rojo quedó marcado en el cielo. Lucifer giró su mirada hacia su pareja, quien lloraba del dolor mientras estaba tirada en el suelo, destrozándole el corazón verlo así.
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Alas de Rebelión . //AppleRadio//
FanfictionSe cuenta que al inicio de la creación había un ángel cuya pasión por la libertad y sus ideales liberales lo hicieron ser conocido como un alborotador. Sin embargo, este ángel se enamoró profundamente del Doncel creado por Dios. En un intento de c...