Saga, a pesar de los pecados que había cometido, trataba la manera de vivir con la culpa, tratando de perdonarse: Por no ser un buen hermano, y por el echo de dejarse ganar por el mal.
Su historia no había sido la mejor, para ambos gemelos, sabían de los errores que habían cometido, y aún así Athena les había regalado una nueva vida, sin rencores o deudas que pagar.
Los gemelos agradecidos le fueron grandes guerreros leales a Athena, aunque eso no evitó darse la libertad para abrir las puertas de sus corazones al amor.
Saga formó su familia con el amor de su vida. Antes de conocer la identidad de los donceles, ellos ya eran padres mucho antes, de hermosas gemelas nacidas bajo la estrella de Géminis. No le habían dicho a nadie por varias razones. Había entrenado a tiempo a sus hijas, siendo fieles sucesoras de la tercera armadura del zodiaco. Sin embargo, ocurrió algo después de la guerra contra Marte.
Debido con la guerra de aquel Dios, Saga y Aioros se vieron en la obligación de abandonar el santuario, y por ende a sus hijas, las cuales entrenaban en el santuario para proteger la armadura de Géminis y seguir el legado de sus padres.
Fueron más de diez años el que la familia estuvo separada, volviéndose a reencontrar al vencer al Dios de la Oscuridad, Apsu. Y he aquí el inicio de todo. De un día para otro Paradox, la hermana mayor, había desaparecido por completo del santuario, dejando solamente la caja con la armadura dorada. Varios meses estuvieron buscándola, hasta que una carta había llegado a manos de los padres.
En realidad, paradox había sido secuestrada y, lastimosamente, torturada, nublando su mente y convirtiendola en un ser cruel y violento. La responsable de todo era la diosa Pallas, pues uno de sus reyes celestial, Galia, había acatado la orden de todo. Y ahora por esas razones... Buscando su cosmos, Integra vistió la armadura de Géminis, colocando su máscara al final.
—— traela de vuelta...
Fueron las últimas palabras de su madre. Asistiría a la guerra, pero más para recuperar a su querida hermana.
Lamentablemente para la nueva portadora de Géminis, su hermana mayor, Paradox ya había sido contaminada por la maldad, recreando en su mente hechos que no habían ocurrido en su vida, como el estar obsesionada por un caballero de bronce, o el tener siquiera una familia.
En la batalla de las doce casas había conocido a Ryuho, supo de su buen corazón y lo tierno que era, había creado un cierto afecto hacia dragón, un cariño que no todos tenían el privilegio de ganar. Su desgracia fue que Galia utilizó ese cariño a su favor, contaminado así el corazón de la joven Paradox, que al ya estar concluida toda la palabreria, la antigua portador de Geminis fue en busca del joven caballero de dragón.
—— ¿has olvidado el rostro de tu hermana?
Dolerle fue poco, sentía que iba a quebrarse al ver el estado de su hermana. Sea quien la había transformado así, ella los haría pagar.
Paradox había secuestrado al joven dragón, intentando convencerlo de unirse al bando contrario, hasta que ella apareció. La hermana que le hizo dudar.
—— ¿su hermana? —— aunque la gemela mayor dudaba de lo que le habían echo creer, Ryuho er el más confundido, pues el creía que sólo existía una paradox.
—— yo soy la verdadera caballero de Géminis. Soy Integra.
Las imágenes eran borrosas para Paradox, Galia había echo un gran trabajo manipulandola. Al igual que saga, su cabello había cambiado de color, pasando de celeste a un negro intenso, pues su creciente odio era hacia Integra.
Con el dolor desgarrando su pecho, Integra luchó contra su hermana, Tarata do la manera de hacerla reaccionar: mencionaba el nombre de sus padres y los buenos momentos que pasaban juntos, pero nada. Era inútil, Paradox no reaccionaba... Y no lo haría por un buen momento.
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Problemas Familiares.
Fanfiction> Seiya el caballero de pegaso, el más leal a su Diosa Athena, decide abrir las puertas de su corazón al amor. La vida le bendijo dándole dos hermosos mellizos. Pero su felicidad se fue turbada gracias a una guerra que lo dejó encerrado en lo más p...