Hoy te vi tan ausente que hubiera juradoque te faltaba el alma en los ojos.
¿Será que el brillo de tus pupilas se
extinguió como nosotros? Así, sin razón, sin
final. Como cuando cae la última gota de
lluvia. Sin saber que distinta a las otras, esa
última gota fue más que lluvia, más que
agua, fue casi sol.