𝓓𝓪𝓷𝓼𝓮𝓻 𝓼𝓸𝓾𝓼 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓮
Una pequeña mesa redonda lucía delicadamente en la torre de astronomía adornada con pétalos de rosa dispersos sobre un mantel inmaculado, mientras suaves velas perfumadas llenaban el ambiente con un dulce aroma a miel. La luz plateada de la luna resplandecía, envolviendo la habitación en una aura mágica y romántica. Cada plato de la cena había sido cuidadosamente elegido: la entrada consistía en una ensalada fresca de rúcula, fresas y queso de cabra, seguida por un cremoso risotto de champiñones y espárragos como plato principal. Para cerrar, una tarta de chocolate con frambuesas frescas ofrecía un toque dulce y perfecto.
Su frente descansaba sobre la mesa, mientras sus manos sudaban sin cesar, a pesar de la brisa fresca de otoño que envolvía la habitación. Su pierna no dejaba de moverse con nerviosismo bajo la mesa, reflejando la tormenta de pensamientos que lo consumía. Cada nuevo escenario que imaginaba era peor que el anterior. Quizás esto no había sido la mejor idea, quizás había cometido un error irreparable.
Se pasó una mano por el cabello, tratando de controlar su respiración. El suave sonido de las velas crepitando a su alrededor apenas lograba calmarlo. La mesa, meticulosamente preparada, contrastaba con el caos que sentía en su interior. Los pétalos de rosa, el aroma dulce a miel, todo estaba dispuesto para ser perfecto, pero la duda lo estaba asfixiando.
¿Qué tal si no venía? ¿Qué tal si todo esto era en vano?
Levantó la vista, observando el resplandor plateado de la luna. Por un instante, permitió que la serenidad del paisaje nocturno lo envolviera, pero el alivio fue fugaz. Los platos ya estaban listos: la ensalada, el risotto, el postre… Todo perfectamente seleccionado, pero a cada segundo, sentía que el tiempo se deslizaba entre sus dedos, llevándose con él la esperanza de que esta noche resultara como lo había imaginado.
—Tal vez debí elegir otro momento, tal vez... esto es un error —murmuró para sí, mientras su corazón seguía latiendo con fuerza.
"Tranquilo, Lucius. Pareces un maníaco, eso no es digno de un Malfoy" se reprochó en silencio mientras sus ojos seguían fijos en el paisaje nocturno.
—Puedo controlar esto. Si no viene, está bien… no puedo culparlo —dijo al aire, como si las palabras pudieran convencerlo de calmarse. Se levantó lentamente de su asiento y caminó hacia el barandal, apoyándose en él con los ojos cerrados.
Dejó escapar un largo suspiro, como si con ello pudiera liberar la ansiedad que lo consumía. Aún dudaba si había tomado la decisión correcta. Sabía que Remus estaba pasando por un infierno y quizá, después de todo, no era el momento adecuado. ¿Cómo podría culparlo si decidía no venir? El mundo entero había sido cruel con él, y Lucius solo había podido ofrecerle una protección lejana, vengar su honor cuando nadie más lo haría.
Pero no era suficiente. Nada de lo que hacía parecía ser suficiente para aliviar el dolor de su Lunita. Remus merecía mucho más de lo que él había logrado ofrecerle.
Con determinación, sacó su varita del bolsillo y, con un suave susurro, conjuró un Tempus. Eran las 3:15 a.m. Ya llevaba más de cuatro horas esperando, pero el tiempo había volado, como si cada minuto hubiera sido un suspiro en el viento.
El nudo en su garganta se hacía cada vez más apretado, volviéndose doloroso, mientras las dudas lo consumían. Sus manos comenzaron a temblar ligeramente, reflejando la tormenta interna que lo sacudía. ¿Había cometido un error? ¿Había esperado en vano? Las preguntas se acumulaban, ahogando su razón.
—La noche hoy esta hermosa, ¿no lo crees? —una voz suave y familiar rompió el silencio a sus espaldas, esa melodía dulce que resonaba en cada uno de sus sueños.

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Moony [R'L/L'M]
FanfictionLucius Malfoy, estaría dispuesto a cualquier cosa por su lobito ☪. →Fuera del canon →Datos cambiados por el bien de la historia.