"Yo solo quiero ser feliz"─ Anne Baratheon.
Las palabras hieren más que a nada, eso dicen, Anne estaba bastante segura de que aquello era verdad.
Siempre había querido todo lo que ahora tenía, casarse, viviendo en la fortaleza Roja, todo parecía un sueño hecho realidad. Demasiado bueno para ser verdad.
Siempre quiso tener hijos, no creía que la suya hubiera sido mala. Le enseñaba lo que todas las madres hacían, los castigos le dejaba a su padre y demás.
Lecciones desde pequeña, la educación apropiada y la importancia sobre darle un hijo a su esposo, de preferencia un varón.
Todos parecían quererlo, todos siempre hablaban de ello y la hacia sentir extraño, es decir.
Su madre había tenido cinco niñas, ni un niño y no la veía martirizandose por ello. Seguramente lord Borros la culpaba en silencio pero jamás los escucho pelear por ello.
Vivía en su propio mundo, arraigada a diferentes creencias y se decía que no era igual a su familia, su apellido parecía ser un buen chiste caucho la veían en persona. No sabía si eso era bueno.
Nunca tuvo mal carácter, ni fue rebelde ni desobediente. Todo lo contrario, era dedicada a sus estudios y responsabilidades, era toda una señorita modelo y eso le sirvió bien para cuando la reina la escogió por encima de sus hermanas.
Claro, Floris probablemente no hubiera entrado en aquella lista, era apenas una niña y probablemente no tendría muchas bases sólidas para ser una esposa.
Lo aceptó feliz, fue realmente feliz dentro de lo que cabe. Tuvo una sonrisa deslumbrante mientras caminaba al altar.
Se casó así con Aemond Targaryen, el segundo hijo varón entre el rey Viserys Targaryen y su segunda esposa, la reina consorte Alicent Hightower.
Recuerda que fue muy dulce con ella, al contrario de lo que pensó siempre la trató con amabilidad y fue de las pocas personas que realmente se molestó en tratarla.
Las complicaciones llegaron, los meses pasaban y Anne no había concebido al varón tan deseado, y aunque pareciera que no fuera para tanto. El problema no era que no quedará embarazada.
Sino que su esposo no la había tocado desde su noche de bodas.
Tuvo el atrevimiento de acostarse con otra mujer en su misma cama, definitivamente esa fue la gota que colmó el vaso simplemente no lo pudo aceptar así como así.
No era justo, ella había sacrificado todo por el. Siempre estuvo a su lado y nunca se quejó, siempre sonrió y aceptó que la culpa recayera en ella.
No tenía la culpa de nada, el era el maldito, no era justo.
Escapó de la situación igual que una cobarde, sintiendo como todo poco a poco de iba desmoronando, no supo en que momentos y se preguntó si realmente ella había hecho algo malo.
Siempre trato, siempre intento tener intimidad, pero siempre se negó, se sentía patética y sola, muy sola.
Tuvo un arrebató, así lo llamó, a acostarse con el hermano de su esposo.
Y por si fuera poco, tuvo síntomas que indicaban claramente que estaba en cinta.
No era tan malo ¿cierto?
Tenían los mismos rasgos, los ojos, el cabello, solo tenía que utilizar sus armas y Aemond creería que el niño era suyo.
No era tan difícil, nadie se enteraria, ¿cierto?
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𝗜𝗡𝗙𝗜𝗗𝗘𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 - 𝘼𝙚𝙜𝙤𝙣 𝑰𝑰 𝙏𝙖𝙧𝙜𝙖𝙧𝙮𝙚𝙣
FanfictionAnne Baratheon era la esposa de Aemond Targaryen, era la madre de sus hijos, o bueno, eso era algo que la mayoría creía, los infantes tenían los rasgos valyrianos después de todo, pero el príncipe dudaba sobre aquello, y si bien al principio pasó pr...