Kalos ha aprendido que, ir a la celda, es como perder todo lo que ha ganado por ser obediente y atento. Estar ahí es pasar frío entre la humedad, es no poder moverse bien, es comer poco, es sufrir la crudeza del suelo, es el volver a tumbarse de un montículo de paja apestosa con una tela que no cubre suficiente el frío de otoño... Es por eso que, cada noche, cuando tiene que volver a la celda se resiste y aúlla a modo de lamento porque no "tiene nada". O al menos nada bueno. Pero cuando lo levantan para traerlo a mi habitación, lo vuelve a tener.
Sabe que yo tengo poder, y hombres grandes, pesados y fuertes no me contradicen cuando digo algo. Si él es obediente, gana un premio, pero si hace algo malo, se lo quito. A Kalos le gusta ser premiado, conservando siempre su orgullo cuando le ordeno hacer algo nuevo que no le gusta en absoluto, lo que al mismo tiempo me enseña cuáles son sus límites y qué es aquello que no aceptará.
Es normal que, en medio año, se percatara que yo no iba a golpearlo y me mantendría con una expresión seria mientras él no dejaba de gruñirme para hacerme un constante pulso. Ahora lo comprende, quizás de un modo simple, pero no tengo ni idea como funciona en realidad su cerebro. Es algo extraño lo mire por donde lo mire, ya que hace cosas como un animal y, al mismo tiempo, intenta hacer cosas más humanas.
—Kalos, ven aquí —señaló el lateral de mi cama, afuera, que es donde estoy tumbado con un libro. Observo que viene, todavía mostrando bastante carácter y se queda de pie viéndome con esos ojos verdes que parecen quemarme—. Siéntate —ordeno, y él obedece, viéndome ahora por debajo de mí—. Como Kalos ha sido obediente. Muy bueno. Kalos no dormirá en celda hoy.
Sus ojos se abren tanto que casi parece que se le vayan a salir, e incluso sus orejas se levantan e inclinan hacia adelante. Su cola, a contrario que su aspecto estático, se agita de un lado a otro como si estuviera queriendo atrapar un ratón sin dejarle respirar.
—Obediente —repite él.
—Sí, muy obediente —asiento. Todavía no me veo muy seguro para tocarlo, así que esto será lo próximo que tenga que enseñarle hasta que pueda darle un baño. Dudo que alguna criada se crea capacitada para hacerlo, y los guardias se pasarán a pelota entre ellos—. Kalos muy bueno.
—Bueno. Obediente. Muy bueno.
Su lenguaje es limitado todavía, no sabe hacer frases más allá de dos palabras, y eso también implica que debo de aplicarle cierta educación básica.
—Kalos, ¿puedo tocar tus orejas?
—No —responde el instante, frunciendo el ceño en señal de enfado.
—¿Por qué?
—No.
—Bien... —murmuro, apoyándome mejor en la cama—. No tocaré las orejas de Kalos.
De momento...
La primera noche es difícil. Estoy demasiado acostumbrado a no tener a nadie dentro, porque lo que mi instinto de supervivencia me repite constantemente que hay alguien dentro. No necesito saber que son Kalos hecho un ovillo sobre una manta que cubre casi su cuerpo, y el guardia sentado en una silla con la correa atada a su brazo para anticiparse en el caso de detenerlo.
Por lo que he observado, el lobo antes ha estado mirando hacia la puerta para ver desde el espejo cómo me cambiaba de ropa, más que nada para no perturbar al guardia. Por mi experiencia en la adultez, y haber sido un adolescente tres veces, supongo que parte de su razonamiento en la desnudez es un tanto compleja y silvestre, lo que lo deja todo en dos vertientes: Al estar en una edad de madurez y con un movimiento hormonal, su parte humana reacciona dependiendo de sus gustos; en cambio, si se deja influenciar por su parte animal, sólo esperará captar mi atención con el paso del tiempo para considerarlo un macho fuerte.
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Cuatro de corazones [Actualizada en INKITT]
Фэнтези[HASTA LA 1ª PARTE] ~~ Libro 1: 'Naipes Fantásticos'. El destino no sólo es caprichoso sino que también tiene un sentido del humor un tanto cruel, cuando Thanus descubre que morir una vez de una manera horrible no es, ni de lejos, lo peor que le h...