[11] El rumor que mastiqué y escupí

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El territorio de Shaila es un lugar enorme cubierto de nieve la mayor parte del año, y con cielos encapotados que pueden volverse tan negros como el cabrón. Lejos de esperar haber encontrado un lugar típico de cuento, lo que descubrí era que la vida salvaje era más grande de la esperada y sus bosques tan densos y profundos que podría perderme dentro. Sus montañas, gigantes de piedra cubiertos de nieve aunque estuviéramos en primavera, se veían inalcanzables al rozar las propias nubes a la distancias.

Decidimos viajar al norte yo, Kalos, el abuelo y unos cuantos guardias por orden del Patriarca. Cabe decir que no hubiera sido un viaje agradable y tranquilo en el caso de haber tomado un carruaje, ya que el tiempo estimado para llegar era de quince días si aplicabas magia de viento, un mes si no lo hacías. Sin embargo, el abuelo pidió expresamente un permiso al Emperador para que abrieran para nosotros lo que se conoce como "El cuarto". Un nombre estúpido, pero en realidad lo único que hay dentro es una enorme piedra lapislázuli que al aplicarle maná te teletransporta al lugar que quieras con una excepción: El otro lado debe de tener una piedra también y, por obviedad, también activada. Sino no ocurrirá nada.

—¡Justo! —pronuncia Galvez Lutterus una vez llegamos al habitáculo—. Bienvenidos —acota a los que llegamos, quedándose mirando a Kalos durante unos cuantos segundos hasta que éste le gruñe y vuelve a mirar al abuelo—. Es agradable saber que iban a venir un día antes de la celebración, así que les mostraré sus habitaciones por si necesitan descansar.

El abuelo es el primero que sale del círculo con símbolos extraños, estrechando la mano del hombre que le dedica una cálida sonrisa pese a que el mundo a nuestro alrededor es frío.

—Me hubiera gustado venir antes, Galvez, pero ya sabes que los Vivaldi siempre tenemos trabajo en todos lados.

—No importa, amigo, lo importante es que pudieras sacar un hueco en tu apretada agenda —separa las manos de él y, manteniendo un semblante igual de cálido me ve acercarme con Kalos detrás mirando en todas las direcciones—. Has crecido tan grácil y especial como una campanilla de nieve, Thanus

Inclino levemente la cabeza, a duras penas un poco, y luego llevo la mano al corazón.

—Usted, a diferencia de mí, cada año se le ve más saludable y lleno de energía, Sr. Lutterus.

Y sobre todo más sexy. Este hombre fue hermoso hasta que estalló la guerra civil con su hija mayor, algo que debo de impedir a como dé lugar y descubrir el por qué ocurrieron tantas desgracias juntas en tan poco tiempo antes de que la bomba reventara.

—No creas, muchacho, cada año soy más viejo —carcajea con energía, contrariando el aspecto gélido del lugar, y mira a Kalos—. ¿Y quién es tu compañero?

—Es... —inicia el abuelo, pero yo me adelanto.

—Es alguien muy especial para mí —le interrumpo aunque me gane una mala mirada de su parte—. Eduqué y crie a Kalos de la mejor manera posible para que fuera mi sombra, además de compañero para que la vida tuviera un sabor distinto.

—No es de extrañar, los lobos solares rara vez los puedes encontrar cerca de nuestros bosques y en primavera cuando inician su cortejo con las hembras —informa él, dándonos la espalda—. Pero no hablemos más en este lugar. Les presentaré al mayordomo principal que mostrará sus habitaciones y después tomemos todos algo caliente para que sus cuerpos no sufran del frío.

Al salir de la sala, lo que antes se veía tosco, ahora es un poco más cálido con una decoración elegante y bien cuidada. El mayordomo principal, un hombre de avanzada edad, se inclina levemente para darnos sus saludos y nos guía hasta las habitaciones según nuestro rangos como ocurre en todo el mundo. Los guardias van a unas habitaciones que están dirigidas a los caballeros, paladines o guardianes de sus señores que están muy cerca de los del señor del territorio; el abuelo, tendrá una habitación bastante lujosa por ser el patriarca de una importante familia de renombre; pero cuando llega nuestro turno, yo le digo al mayordomo que Kalos siempre duerme en el mismo lugar que yo.

Cuatro de corazones  [Actualizada en INKITT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora