[32] Los primero problemas importantes

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—Debemos abordar con urgencia la revisión de nuestras políticas territoriales, Sr. Vivalvi —me informa con solemnidad el hombre designado por mi abuelo para facilitar el diálogo entre nuestras familias.

Su nombre es Darius, un señor de sesenta años imbuido de vastos conocimientos en diversos campos. Poseedor de una riqueza de historias sobre el continente, así como una profunda comprensión de economía, política y legislación, Darius es también un mago del octavo círculo, dominando con maestría los elementos del agua y la tierra. Durante quince años, recorrió innumerables territorios, ejerciendo como informante independiente, pero selectivo en sus lealtades. Solo compartía su valiosa información con aquellos que demostraban genuina amistad, manteniendo lejos del conocimiento del emperador y la casa real.

La razón detrás de su inclusión en nuestro círculo es un misterio que solo mi abuelo puede resolver, pues Darius evita con habilidad cualquier pregunta sobre su pasado personal. Su cautela, sin embargo, inspira una cierta dosis de confianza.

—Por ejemplo, es crucial abordar temas como los impuestos en nuestro territorio —continúa Darius, sosteniendo varios documentos en su mano enguantada—. Es vital que nos ocupemos de Jasque, Elvengart y Kasher. Al tener usted un territorio mayormente neutro, no posee otros lugares donde apoyarse, salvo si decide hacer lazos amistosos con otros dueños de tierras vecinas.

—No estaba al tanto de la existencia de esos dos últimos territorios, Darius —lo interrumpo, dejando a un lado mi pluma y el papel de los apuntes—. ¿Podrías proporcionarme más información sobre ellos? Hasta ahora, solo he visitado Jasque.

—Por supuesto, Sr. Vivaldi.

Con cuidado, Darius extrae un mapa cuidadosamente doblado de su chaleco y lo despliega sobre la mesa, revelándome los pueblos desconocidos que marca con un círculo invisible para indicarme la distancia, mientras habla de ellos.

Elvengart, es un enclave misterioso y aislado en el este de la villa, el cual se alza como un bastión de naturaleza indómita y cultura ancestral que se han transmitido durante cientos de años. Situado a dos semanas de viaje en carro, su acceso es un desafío que solo los más valientes pueden superar. La densa y salvaje fauna que lo rodea actúa como un guardián celoso, disuadiendo a los curiosos e intrusos por igual. La comunidad que habita Elvengart es conocida por su desconfianza hacia los forasteros, manifestada con una honestidad franca que puede resultar grosera para aquellos que no están acostumbrados. Sin embargo, detrás de esta fachada se encuentran expertos artesanos, agrícolas y maestros en el arte mágico, que comercian habilidosamente tanto con productos terrenales como con los encantamientos más sutiles. Son una sociedad autosuficiente, regida por un consejo de ancianos cuya aprobación es indispensable para entablar cualquier tipo de relación con ellos.

Por otro lado, Kasher emerge majestuosamente en el norte, más allá de la extensa cordillera montañosa que separa su territorio del resto del mundo conocido, a semana y media si se cruzan los túneles y un mes si hay que pasar por encima. Aquí, las tribus o clanes que lo habitan siguen un código de vida que gira en torno al equilibrio entre el hombre y la naturaleza. Pacíficos y amigables en esencia, los habitantes de Kasher mantienen una mentalidad sencilla, pero no por ello menos poderosa. Tanto hombres como mujeres poseen una notable destreza física y habilidades marciales, forjadas a lo largo de generaciones de enfrentamientos contra invasores y depredadores. Aunque su posición estratégica les permite aprovechar las riquezas de las montañas y el mar, su reputación les precede, siendo objeto de temor y admiración en partes iguales. A pesar de las sombras que rodean su historia, los kasheritas mantienen un firme compromiso con la armonía del mundo, una visión que, para muchos, los convierte en guardianes de un legado ancestral que pocos pueden valorar.

Cuatro de corazones  [Actualizada en INKITT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora