C a p i t u l o 9

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Jane Doe

Minerva puede verme, pero no entenderme.

Nathaniel podría entenderme, pero no me puede ver.

Así que necesito que Nathaniel se convierta en mi interprete a través de Minerva. Y para eso, ambos deben trabajar juntos.

Sin embargo, ¿cómo podría lograr reunirlos de nuevo?

Está claro que Nathaniel es peligroso, aunque me da la impresión de que Minerva podría cuidarse por su cuenta. Y, sin embargo, no me gustaría dejarla indefensa... así que me quedo junto a él y lo observo.

Los fantasmas que lo rodean son desagradables, no por sus apariencias, sino por la forma en cómo me miran (me imagino que yo debo verme peor, puesto que no tengo cabeza). 

Continúan disculpándose y diciendo que se arrepienten de algo, pero me observan con ojos interesados que me hacen sentir... vulnerable. Trato de ignorarlos.

Nathaniel trabaja con esmero y su presencia parece agradable para muchas personas, en el transcurso de la noche lo veo reír y conversar tanto con otros hombres como con mujeres por largos ratos mientras se dedica a preparar bebidas a un ritmo mecánico. 

Muchos de ellos le hablan con familiaridad y estoy sorprendida de que horas atrás haya acorralado a Minerva para amenazarla.

De no haberlo presenciado... jamás se me habría por la mente que fuese capaz de hacerle daño a una mosca siquiera.

Pero continúa masajeándose el cuello con incomodidad cada cierto rato. Es el recordatorio de que hizo algo muy malo.

Y mientras el tiempo pasa y pasa, el lugar se va quedando en silencio de a poco hasta que todo parece apagarse, volviéndose gris. Como si las primeras horas del día se tragaran el vibrante rojo carmín que caracteriza al cabaré.

~⚰️~

Nathaniel suspira y se echa el cabello rubio hacia atrás en señal de agotamiento, sigue siendo un muchacho muy guapo incluso cuando frunce el ceño.

Mi amiga Jane DoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora